LIC. ADÁN AUGUSTO LÓPEZ HERNÁNDEZ, SECRETARIO DE GOBERNACIÓN:
"La turbulencia de los demagogos derriba los gobiernos democráticos": Aristóteles
Le comentaba ayer que la reforma político-electoral anunciada por Andrés Manuel López Obrador tiene escasas posibilidades de ser aprobada, pues al ser un cambio constitucional, requiere la mayoría calificada de dos terceras partes en el Congreso. Eso no ocurrirá, porque la oposición está decidida a no dejar pasar una propuesta tan polémica.
También enfaticé ayer que la negativa opositora va más allá de los rencores políticos; lo cierto es que la propuesta presidencial hace que suenen las alarmas democráticas.
La pretensión amloísta es que los consejeros electorales del INE y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sean elegidos por el pueblo a partir de propuestas de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Cada poder propondría 10 hombres y 10 mujeres, para totalizar 60 candidatos.
En este folklórico método, el pueblo -“bueno y sabio”, faltaba más…-, votaría para elegir 11 consejeros del INE y siete magistrados del TEPJF. Los que obtuvieran más votos, presidirían esos órganos.
No veo cómo se garantizaría la imparcialidad y la buena fe de los candidatos propuestos; aún más, no sé cómo se acreditaría que los aspirantes sean personas honestas, patriotas y “comprometidas con el pueblo”. Discúlpeme, pero la palabra presidencial no es garantía, nada más acuérdese de que Salgado Macedonio cuenta con todo el calor fraterno de Andrés Manuel.
Para mí que las listas de aspirantes estarían sujetas a la máxima expresión del “cuotismo”: serían representantes y empleados directos del partido mayoritario.
También está el riesgo de que la población vote por el aspirante más popular, pero no el idóneo. Nada más vea que en Morelos eligieron a Cuauhtémoc Blanco.
Me pregunto: ¿por qué las prisas, si en abril de 2023 concluyen su mandato cuatro consejeros del INE, entre ellos sus “bestias negras” Lorenzo Córdova y Ciro Murayama?
Tal vez obedece a que AMLO y Morena ven en el actual procedimiento de selección de consejeros un obstáculo para que los ganadores sean “amigos” de la 4T. Y es que, como ya hemos visto, cuando las normas no se ciñen a los propósitos del actual régimen, sencillamente buscan la forma de mandarlas lejos…
El procedimiento actual de selección puede ser perfectible, pero también es bastante riguroso. En apretada síntesis, es como sigue:
En la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, donde están representados todos los partidos, se conforma un Comité Técnico de Evaluación, en el que también participan representantes del INAI y de la CNDH.
En la última renovación de consejeros del INE, se inscribieron algo así como 600 aspirantes, todos ellos con sólida preparación y amplios conocimientos de la ley electoral. El Comité hizo una criba hasta formar tres quintetas; es decir, de 600, pasaron 15. Cada uno de ellos tuvo que defender su candidatura ante la Cámara y luego el Pleno votó por los que le parecieron mejores. Tales filtros contribuyen a que los consejeros electos mantengan aceptables márgenes de institucionalidad.
Ahora bien, ¿para qué discutir una reforma electoral que no va a pasar? Porque prevalece la inquietud de que la intención presidencial es la captura y domesticación de la autoridad electoral, a base de descalificaciones y amedrentamientos, a fin de “doblarla” rumbo al proceso electoral 2023-2024.
Pero le tengo noticias, señor secretario López Hernández:
Una buena parte de la población no dejará que, en aras de lograr la continuidad arbitraria de su proyecto político, Morena y AMLO continúen su acoso al INE y al TEPJF.
No podemos permitir que hieran de muerte a nuestra democracia y se desestabilice más al país. Ya bastante tenemos con el crimen organizado y la crisis económica.
¿No cree..?
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Correo: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Facebook: Leopoldo Mendívil
Twitter: @Lmendivil2015
Blog: leopoldomendivil.com