M. Frédéric Vacheron, Jefe de la Oficina Unesco México:
"El éxito depende de la preparación previa. Sin ella, el fracaso es seguro": Confucio
No hay que ser un experto para saber que los jóvenes que caen en la delincuencia, en general, provienen de hogares con carencias afectivas, donde los padres tienen ingresos precarios, trabajo inestable y una baja educación.
Tal situación familiar facilita que los jóvenes se incorporen a la delincuencia. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública (INEGI-ENVIPE, 2021), casi una cuarta parte de los delitos son cometidos por menores de 25 años. Estamos hablando de 3.35 millones de delitos, básicamente robo y asalto.
La situación se pone más difícil cuando los jóvenes se incorporan voluntariamente o de manera forzada al crimen organizado. De acuerdo con estimaciones de la Red por los Derechos de la Infancia en México, en 2020 habían sido reclutados entre 35 mil y 45 mil menores.
Por lo anterior, no es de extrañar que la 4T haya puesto un gran énfasis en el programa Beca Universal “Benito Juárez” que abarca desde la educación básica hasta estudios universitarios. El día de hoy me enfocaré a dicho programa en el segmento de educación media superior (EMS), orientado a jóvenes entre 14 y 19 años.
El programa Beca-EMS cuenta actualmente con un presupuesto de 34 mil 500 millones de pesos. Dentro de los programas sociales del gobierno actual es el cuarto con mayor volumen de recursos y para el presente año tuvo un incremento de 20 por ciento. Hasta ahí todo va bien entre el problema social y la solución… Pero solo hasta ahí.
En la revisión realizada por la Auditoría Superior de la Federación, el programa tiene serios problemas de diseño, operación y evaluación de resultados. Mal vamos cuando no se evalúe la eficacia final de un programa.
La poca información oficial disponible sobre Becas-EMS no permite saber cuál es su dispersión geográfica y deja la percepción de que el programa está concentrado en la zona conurbada de la CDMX (México Evalúa, octubre 2021), siendo que jóvenes en necesidad y riesgo hay en todo el pais.
Como señalé párrafos arriba, en este 2022 se reparte más dinero… pero entre menos alumnos; estamos hablando de que la matrícula en EMS ha tenido un descenso palpable desde 2019 (antes de la pandemia) y acumula 367 mil jóvenes.
Para que se dé una idea del problemón, equivale a toda la población de Cuernavaca y que la matrícula de EMS haya retrocedido a lo que el país tenía hace siete años (Tec de Monterrey-México Evalúa, 2022).
En medio de este desastre, a la SEP se le ha ocurrido dedicar sus esfuerzos a cambiar los planes de estudio, por cierto, sin capacitar a los maestros. ¡Brillante y oportuna idea!
Así que la 4T podrá tener la mejor de las intenciones y no se pone en duda, pero como muchos de sus proyectos, la planeación y la implementación son muy deficientes. Ello impide lograr el objetivo para el que este programa fue creado, que es el de retener a los jóvenes en la escuela.
En el mejor de los casos, estos jóvenes sin preparación seguirán condenados a la pobreza intergeneracional, propia y la de sus hijos. En el peor de los casos, pues tendrán una vida corta dentro de la delincuencia organizada.
Y ya entrados en lo que es esta tragedia, cabe apuntar que en la presente administración se han registrado en promedio 11 mil asesinatos de jóvenes por año, es decir, 35 por ciento más que en el sexenio de Calderón y 14 por ciento más que en El de Peña Nieto.
Pero por favor no importune a la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes; está muy ocupada en giras con el presidente dándose baños de pueblo.
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.