LIC. SANTIAGO CREEL MIRANDA, PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS:
"La ciencia es el alma de la prosperidad de las naciones": Louis Pasteur
En medio de la desafortunada conducta diplomática y política de Andrés Manuel López Obrador durante la Cumbre Trilateral, uno de los acuerdos que pasó casi desapercibido es el “Proyecto de Movilidad Estudiantil de Norteamérica, una extensión de la exitosa sociedad público-privada del modelo 100K Strong in the Americas del Fondo para la Innovación de las Américas” (Comunicado de la Casa Blanca, 23/01/10).
Vayamos por partes:
Según su sitio web, el 100K, una iniciativa auspiciada por el Departamento de Estado y Embajadas de EUA en asociación con “empresas, fundaciones e instituciones educativas visionarias; (la iniciativa) trabaja para fortalecer la colaboración entre gobiernos, negocios y academia, por ser un asunto crítico en las Américas”. Así pues, otorga becas y subvenciones a instituciones de educación superior y promueve el intercambio académico como una forma de favorecer la competitividad.
Suena sensacional, ¿no le parece?
Lamentablemente, en este tema como en otros de los acuerdos, Canadá y Estados Unidos enfrentarán en México un contexto adverso para su implementación.
Como es sabido por todo aquel que escuche las mañaneras, el presidente López Obrador le tiene tirria al conocimiento especializado, máxime si éste se obtiene en alguna institución del extranjero.
Y como el presidente cree en la máxima de “diciendo y haciendo”, desde el inicio de su gestión y con la ayuda de la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez Buylla, ha arremetido contra la ciencia y la academia. Ahí están los golpes terribles al CIDE, al Foro Consultivo Científico y Tecnológico y al Sistema Nacional de Investigadores.
La última novedad es que la 4T pretende que en nuestro país se cultive la ciencia “humanista”, para lo cual promueve una iniciativa de ley para desaparecer el CONACYT y convertirlo en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación. El CONAHCTI surgiría en oposición a lo que la 4T considera como la ciencia “neoliberal” que supuestamente se ha auspiciado en nuestro país. Con franqueza, creo que Isaac Newton y Madame Curie se han de retorcer en sus tumbas…
Según la doctora Álvarez, el CONAHCTI pretendería que la promoción y el auspicio de la ciencia, en vez de ser una política pública que forme parte de un proyecto de Nación, debe ser un derecho generalizado.
Y aquí empiezan las contradicciones. Si es un derecho:
¿Por qué se excluye a las universidades privadas del derecho a acceder a recursos para realizar investigaciones o contar con subsidios para cátedras de alto nivel?
¿Por qué en el otorgamiento de becas se privilegia el nivel socioeconómico sobre los méritos académicos y la utilidad de los proyectos? Si la 4T quiere que los egresados de la universidades “Benito Juárez” tengan acceso a un posgrado o patrocinio de una investigación, no es bajando los estándares como se obtendrá un buen resultado en beneficio de la gente, sino elevando el nivel académico de dichas universidades que, en promedio, tienen tres maestros por plantel.
¿Por qué la toma de decisiones se centra en un organismo rector, eliminando la opinión participativa de los mejores científicos y academicos del país, siendo que la ciencia y la tecnología son procesos eminentemente deliberativos? ¿Será que los que conformen el organismo rector tendrán 90 por ciento de lealtad y 10 por ciento de capacidad…?
¿Por qué cancela la participación de la iniciativa privada en los proyectos de investigación, cuya inversión creció exponencialmente hasta antes de 2018? Aquí es donde la participación de México en el acuerdo trilateral se iría al hoyo, pues en EUA y Canadá las empresas patrocinan con harta frecuencia y muchos recursos las investigaciones para la resolución de problemas puntuales.
El espacio se me acaba como para abundar en el grave daño que la iniciativa de la doctora Álvarez haría a los centros de investigación dependientes del CONACYT, los fideicomisos para garantizar la continuidad de las investigaciones, la libertad de investigación, los órganos consultivos, las comisiones revisoras y tantos otros aspectos que han apuntalado las labores del sector desde 1970.
Con su propuesta, la 4T llevaría al país para atrás y pondría un muro de nopal al conocimiento. Claro, si ya tiene garantizados los votos de los pobres con su programas sociales, ¡pues qué más le da..!
La decisión está en manos de nuestros diputados.
Leopoldo Mendív
Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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