DIP. EMMANUEL REYES CARMONA, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE SALUD
"Donde se ama a la medicina, también se ama a la humanidad": Hipócrates
El domingo 27 de noviembre de 2022 no fue un buen día para Irene Cristóbal. Tuvo la mala fortuna de tropezarse con una de esas banquetas tan irregulares que hay en la zona metropolitana. Acudió al Hospital “Maximiliano Ruiz”, pero como el percance ocurrió en sábado, no había ortopedista que la atendiera. Fíjese, diputado, nada más: las áreas de traumatología son las más solicitadas en fin de semana debido a choques y actividades deportivas.
Con todo y el dolor, Irene se fue a casa
Al día siguiente se dirigió al Hospital “Rubén Leñero”, dependiente del Gobierno de la CDMX. Diagnóstico: doble fractura en el tobillo, la cual requiere cirugía. Le inmovilizaron la pierna y la mandaron de regreso a su casa, pidiéndole estar pendiente de la llamada del hospital avisándole la fecha de su cirugía.
Han pasado ¡cuatro meses! e Irene está peor. En tres ocasiones le han llamado del hospital y otras tantas han cancelado la operación, bajo el argumento de que “no hay materiales”. Ha acudido en seis ocasiones al “Rubén Leñero”; en una de esas visitas, el pasado diciembre, el médico le retiró la férula. Así como así.
Irene no puede caminar porque tiene el tobillo desplazado; en consecuencia, no puede trasladarse en transporte público y ha dejado de trabajar. Tiene un fundado temor de quedar inválida.
Pasemos a la siguiente historia de terror
El doctor Alfonso Escamilla, médico psiquiatra de niños y adolescentes, vive el desabasto desde otro ángulo. No hay medicamentos psiquiátricos para controlar casos de bipolaridad, brotes psicóticos, trastornos de personalidad, ansiedad y hasta el déficit de atención. “En los 50 años que tengo de ejercer, nunca había visto algo así,” me comenta.
Los pacientes psiquiátricos requieren los medicamentos para ser funcionales en el trabajo, en la escuela y dentro de la familia. Sin las dosis necesarias, los pacientes suelen sufrir reacciones difíciles de controlar para ellos mismos y para quienes están a su alrededor. ¿Ha visto un enfermo con un brote psicótico? El sufrimiento es inenarrable.
El doctor Hugo López Gatell ha afirmado que el desabasto de medicamentos psiquiátricos sólo ocurre en el sector privado debido a anomalías de una empresa fabricante. Después de su manejo del COVID 19, todo lo que él diga me genera dudas, así que contacté con la oficina de Comunicación Social de la Secretaría de Salud para obtener información oficial al respecto. Silencio sepulcral.
Pero le tengo un dato. Contrario a lo dicho por el doctor López Gatell, el Mapa de Desabasto del Instituto Farmacéutico de México (INEFAM) indica que hasta hace poco más de un año, los medicamentos psiquiátricos en las instituciones públicas de salud estaban surtidos, en promedio, hasta 98 por ciento. En 2022, el stock descendió hasta 64 por ciento. Aún más, el 7 de este mes, los trabajadores del Hospital Psiquiátrico “Fray Benardino de Sahagún” salieron a protestar por el mismo motivo. ¿Acaso el doctor López Gatell espera que se dé un té de tila a los enfermos..?
Como estos dos ejemplos hay miles en nuestro país, referidos a una gran variedad de padecimientos, no importa lo que digan las autoridades y lo mucho que les crean las bases lopezobradoristas. La ciudadanía ha llegado al extremo de judicializar su derecho a la salud para ser atendidos como la Constitución manda. Le puedo asegurar que nunca, en toda mi carrera periodística, había visto que la gente tuviera que recurrir a tal extremo.
Peor se la voy a contar. Hasta febrero de este año, el INSABI no logró llevar a buen término la tercera ronda de licitaciones para la compra de determinados medicamentos y materiales de curación. Para darnos una idea de la dimensión del problema, ello significa que el Instituto también fracasó en las dos rondas anteriores para la adquisición de 27.9 millones de piezas.
Asimismo y hasta hace un mes, seguían pendientes las licitaciones para los medicamentos contra el cáncer y la hipertensión arterial, enfermedades que suelen no tener paciencia con los enfermos. También están en espera las licitaciones para productos tan básicos como Naproxeno, Aspirina, Paracetamol, vendas y suturas.
En la Secretaría de Salud y el INSABI han mal pergeñado tres o cuatro modelos de compras y en todos han fracasado, como es evidente. No se trataba de destruir el sistema de compras, sino de limpiarlo de la supuesta corrupción que le rodeaba. Pero como el objetivo es dizque transformar, de dizque construir desde cero, pues aquí estamos.
La soberbia de la 4T puede más que el dolor humano. Eso me queda claro.
Leopoldo Mendívil
Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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