Usted, el canciller Marcelo Ebrard y los miembros del gabinete de Seguridad se ven muy contentos en las fotos difundidas
sobre la reunión de trabajo sostenida ayer en Washington, D.C. con sus contrapartes en la administración Biden. Según lo informado por el doctor Ebrard en redes sociales, la reunión fue fructífera e incluso se prolongó más de lo programado.
Ojalá que tales aseveraciones no sean solo diplomáticas sino una reseña breve y real de lo ocurrido, porque todo indica que el fentanilo, el tráfico de armas y, en consecuencia, el crimen organizado, tienen a ambos gobiernos con los pelos de punta.
Sea que el fentanilo se produzca ilegalmente en México a partir de los precursores traídos de Asia, o que se importe desde ese continente, el caso es que ha causado una crisis de salud pública en EUA. Ahora sí que “haiga sido como haiga sido”, nuestro país tiene una parte de la responsabilidad en el problema; por ello, celebro que uno de los acuerdos fuera “la reducción drástica de los precursores que facilitan la producción de fentanilo”. Eso me lleva a suponer que las autoridades a cargo de las aduanas, SEDENA y SEMAR, se pondrán el doble de pilas para incautar los cargamentos y bajar la corrupción.
En cuanto al tráfico ilegal de armas desde EUA hacia México, el problema es tanto o más serio. A fuerza de ver videos sobre los distintos cárteles, como que la gente se acostumbra a verlos bien armados y envalentonados, pero dudo que dimensione la gravedad del problema.
De acuerdo con el reporte 2022 de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional (GI, por sus siglas en inglés), la delincuencia organizada mexicana siempre ha estado bien pertrechada, pero desde hace 15 años su capacidad de fuego ha crecido exponencialmente en virtud de la expiración, en 2004, de la prohibición federal de armas de asalto en EUA.
Peor se la voy a contar:
“La proliferación de armas ilegales de fuego ha permitido a las pandillas más pequeñas competir con sus rivales y con las fuerzas de seguridad”, indica GI. Eso explica que el número reducido de cárteles existentes en los años 90s, ahora sea mucho mayor -alrededor de 40- y mucho más violento. Dicho sea de paso, algunos grupos de narcotraficantes tienen como negocio colateral la venta de armas, pues reinvierten parte de sus utilidades obtenidas por la droga en la compra/venta de armas, con una altísima ganancia y un acertado control hacia las bandas menores.
Esto del tráfico de armas no es nuevo, ni en México ni en el mundo; de hecho, es el tercer mercado ilegal más grande a nivel global. Hace 15 años se firmó la Convención de la ONU contra la Delincuencia Organizada Transnacional, uno de cuyos objetivos “es controlar y regular los flujos de armas lícitas”. Luego vino la declaración conjunta de México y EUA (enero 2022), en la cual ambos países se comprometieron a incrementar la incautación de armas y la persecución de los comerciantes. El caso es que nuestro país sigue inundándose de armas; algo así como 200 mil por año y de todos los calibres.
Por ello, celebro que la delegación mexicana haya insistido en EUA que el control del tráfico de armas es prioritario para nuestro país, máxime que 67 por ciento de las piezas incautadas proviene de EUA.
No son solo los narcotraficantes quienes se fortalecen con el tráfico de armas, doña Icela. GI hizo un cálculo matemático para demostrar la estrecha correlación entre ese mercado ilícito y el fortalecimiento de bandas dedicadas al tráfico y trata de personas, extorsión y secuestro. Siguiendo esta lógica, es de suponer que si hay un decremento de armas disponibles, podría ocurrir lo mismo con la violencia en México.
Por último, doña Icela, espero que el acuerdo para poner en marcha una fuerza de tarea binacional en las fronteras con el fin de acotar el tráfico de armas, sea el principio de una nueva faceta en la colaboración binacional en materia de seguridad, que últimamente se ha visto tan mermada. Ya ve que a raíz del caso Cienfuegos el presidente suspendió los trabajos conjuntos con la DEA, el flujo de información de inteligencia y las extradiciones.
Pero, doña Icela, siempre hay un pero:
A ver cómo la parte gringa de esta fuerza de tarea se entiende con los militares mexicanos…
Leopoldo Mendívil
Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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