Narcos, bases sociales y becas

PROF. LETICIA RAMÍREZ AMAYA, SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA:
"La pobreza es la peor forma de violencia": Mahatma Gandhi

Si en algo ha sido eficiente el crimen organizado (CO) es en la construcción de bases sociales a lo largo y ancho del país. Lo han logrado con amenazas, a través de la cooptación o por las dos, el caso es que toda narcobanda que se precie de serlo, tiene su base social. “Los ardillos” lo acaban de demostrar en Guerrero y no son el primer ejemplo; con frecuencia se ha visto como habitantes de tal o cual localidad, en apoyo a un grupo del CO, impiden que el Ejército o a la Guardia Nacional entren a sus poblados. 

La multiplicación bases sociales pro-narcos (BSN) –por llamarlas de alguna manera- tienen tanto o más impacto en la institucionalidad del país que el propio CO. A los narcos se les puede perseguir y, eventualmente, encarcelar; pero, ¿qué hacer con las bases sociales?

Como usted sabe, las BSN se encuentran en las “sedes principales” de las narcobandas y están conformadas por personas de muy escasos recursos, afectadas por la desigualdad y la falta de oportunidades desde el origen de los tiempos. Para disminuir esta brecha y, sobre todo, evitar que los menores fueran cooptados por el CO, el gobierno de la 4T “creó” las Becas “Benito Juárez” (BBJ), las cuales buscan cubrir desde la primaria hasta la educación superior. Cabe aclarar que las becas se otorgan de manera generalizada a la población de escasos recursos donde quiera que se ubique, no solamente a las BSN.

Puse entre comillas la palabra “creó” porque ese tipo de becas ya existían dentro del PROSPERA Programa de Inclusión Social de las pasadas administraciones.

Ahora veamos cuáles son las cifras del gasto en becas de 2020, en comparación con 2015. Para educación básica en 2020, se destinaron 30.5 mil millones de pesos en becas, apenas 1.0 por ciento más que en 2015 y si contamos la inflación, pues salen debiendo. El programa de becas “Elisa Acuña”, destinadas a universitarios disminuyeron 60 por ciento y en 2023 desaparecieron. Respecto de este último programa, justo es aclarar que los recursos fueron transferidos a programas para Estudiantes de Educación Media Superior y a Jóvenes Escribiendo el Futuro y que aumentaron.

El total de las becas representó en 2020 el 8.8 por ciento del gasto educativo con 71 mil 400 millones de pesos. (CIEP, 28/04/2020).

Lamentablemente, los programas para media superior y superior no alcanzaron sus metas de lograr que 75 y 40 por ciento de los jóvenes, respectivamente, concluyeran su ciclo escolar, pues solo 28 y 33 por ciento lo hicieron.

En el “Diagnóstico del Programa Jóvenes Escribiendo el Futuro”, realizado por la secretaría a su digno cargo en pasado noviembre, se señala que la absorción de la educación superior de los egresados del nivel inmediato inferior en el ciclo pasado fue de 68 por ciento, cinco puntos por debajo de donde estaba hace cinco años. Y se pone peor, porque los egresados de estudios superiores tampoco tienen oportunidades de empleo aceptables dado el bajo nivel en sus carreras, además de cierta discriminación, hay que decirlo.

De suyo, estas cifras muestran resultados muy mediocres en cuanto al programa de Becas Benito Juárez en el cual se invierten tantos miles de millones; más me preocupa la frustración de los niños y jóvenes que ni estudiando ven la forma de salir de la pobreza en la que se encuentran.

Créame, profesora Ramírez, soy un convencido de la educación como un mecanismo principalísimo para el mejoramiento de la condición de niños y jóvenes, pero es eso: uno.

Volvamos a las bases sociales de los narcos. La 4T, en su pensamiento lineal, apostó todo a las becas para arrancar a los jóvenes del CO; creyó que con destinar un montón de dinero y mucha propaganda mañanera era suficiente. No es así. El problema de las bases sociales del narco es multifactorial y enooorme; si no se ataca desde todos su ángulos, jamás habrá salida.

No hay que inventar el hilo negro, doña Leticia, estudios al respecto sobran en México y América Latina. Vamos, hay científicos sociales que hasta han desarrollado fórmulas para determinar el umbral después del cual los individuos tienen más probabilidades de involucrarse con el CO.

Ahora que las corcholatas y los aspirantes opositores andan tan meneados, platique con ellos.

Que sepan a qué le entran, porque este país ya no aguanta.

Leopoldo Mendívil

Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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