DR. HUGO LÓPEZ-GATELL, SUBSECRETARIO DE SALUD:
"El burro hablando de orejas": Refrán popular
o tiene desperdicio la entrevista que usted concedió al diario Reforma, realizada ayer, cuando salía de Palacio Nacional. Dos temas fueron los centrales; el primero, si México podrá disponer de las vacunas bivalentes contra el COVID y, el segundo, por qué en nuestro país se aplicarán la cubana Abdalá y la rusa Sputnik.
Si alguien dudaba de cómo usted ha ideologizado la medicina pública, pues con estas últimas declaraciones nada más hay que agregar.
Hasta el día de hoy y pese a que los laboratorios ya ingresaron su solicitud, las vacunas bivalentes de Pfizer y Moderna no han sido autorizadas por COFEPRIS. La Organización Mundial de la Salud ya les dio el visto bueno como refuerzo; la primera, incluso fue autorizada en EUA para su aplicación en menores de cuatro años (US-FDA, 31/08/2023).
Según usted, “algunas personas, por razones más ideológicas, políticas, están pensando que estas vacunas (la rusa Sputnik y la cubana Abdalá) no les gustan y quieren vacunas de ciertos países. (La preferencia) no está sustentada en quizás motivaciones genuinas de protección.”
Vaya contradicciones en las que cae usted, mi “distinguido” epidemiólogo.
Veamos el caso de la vacuna Abdalá y empecemos por sus atributos positivos: 1) No requiere de un sistema de refrigeración tan riguroso, lo cual facilita su transporte a zonas aisladas; 2) Las jeringas de dosificación son más simples; 3) En consecuencia, es más barata su aplicación.
Ahora veamos sus limitaciones: 1) Las tres fases clínicas se concluyeron hace dos años, según indica el Ministerio de Salud Pública de Cuba y, por lo mismo, sirve para las cepas Beta y Delta, no para Ómicron y subsiguientes. 2) Las fases clínicas solo se realizaron en población cubana, por lo que la Organización Mundial de la Salud no le dio su aval ni siquiera para el período de emergencia. Para que nos entendamos, don Hugo, la vacuna CanSino tuvo 14 ensayos en seis países; la Johnson&Johnson tuvo 26 ensayos en 25 países; y AstraZéneca relizó 73 ensayos en 34 países. Ligeras diferencias, ¿verdad?
Por lo que hace a la Sputnik y aunque en principio la revista Lancet afirmó que contaba con una eficacia de 92 por ciento, la OMS puso en pausa su aprobación cuando encontró “incumplimientos de las buenas prácticas de fabricación” en una de las cuatro plantas de producción hace justamente dos años. Luego y debido a la guerra contra Ucrania, la verificación de la OMS se ha complicado. Como sea, también fue desarrollada para las primeras cepas y, por lo mismo, no sirve como refuerzo.
Cabe hacerse tres preguntas sobre la vacuna cubana. La primera, por qué siendo COFEPRIS tan, pero tan lento en sus análisis para aprobación de fármacos y concretamente las vacunas COVID, dio de manera tan expedita la autorización de Abdalá. La segunda, por qué el gobierno mexicano procedió a la compra de nueve millones de dosis, si la Abdalá tiene tantos asegunes.
En concreto, solo hay razonamientos técnicos para rechazar las inmunizaciones cubana y rusa, que ni la COFEPRIS, ni usted han respondido a satisfacción. La ideologización está en su cancha, doctor López-Gatell.
Usted declaró que los laboratorios fabricantes deben “demostrar calidad, seguridad y eficacia en las condiciones que pudieran comercializarse” y de pasada los califica de tmanener una visión neoliberal.
Cierto es que al principio de la pandemia querían vender las vacunas a los países que NO fondearon el desarrollo y producción de los inmunológicos. Convenientemente usted olvida que mediante un acuerdo internacional –no solo de México-, los laboratorios solo vendieron las vacunas a gobiernos nacionales para que los países las aplicaran igualitariamente. Así que, don Hugo, no se cuelgue medallitas que no le corresponden.
Ahora, pasada la emergencia, la venta de vacunas se ha liberalizado para su comercialización, pero usted solo ve la paja en el ojo ajeno. Le cuento que Rusia ha reiterado su interés en que Sputnik ingrese al programa COVAX, mediante el cual la ONU adquiere inmunológicos para países pobres. Como ve, todos buscan la rentabilidad. Ya déjese de choros mareadores. Si por razones ideológicas ustedes no quieren aprobar la comercialización, sean claros. O compren los inmunológicos que sí sirven.
“Hay quienes están trivializando el tema de las vacunas, como si estuvieran pensando en comprar un producto comercial,” dijo usted ayer. “(…) Estamos hablando de la salud de la población que debe cuidarse con base en análisis científicos, no de mercadotecnica.” No don Hugo, quien trivializa la salud de los mexicanos son usted y la 4T, al aplicar una vacuna de dudosa efectividad, como la Abdalá, y otra obsoleta en sus beneficios, como Sputnik.
Y quienes usan la mercadotecnia son ustedes. Utilizan la mercadotencia política para ganar votos con una jornada de vacunación de poca o nula efectividad.
Que caiga sobre su conciencia, si es que la tiene.
Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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