LIC. JESÚS RAMÍREZ CUEVAS, VOCERO DE LA PRESIDENCIA:
"El mejor testigo contra un narco es otro narco": Cartel exhibido en la Corte de Manhattan
Febrero no ha sido el mes del amor y la amistad para el presidente; ha sido, por fortuna, malo, muy malo…
Empezó con el artículo de Tim Golden en ProPublica, reviviendo alegatos de supuestos apoyos ilegales a la campaña de su jefe en 2006, para seguir con el desfavorable recibimiento de las 20 iniciativas de ley enviadas por AMLO al Congreso. Luego vino la muy anunciada escasez de agua en el país, para continuar con la inestabilidad en Guerrero, la concentración de la Marea Rosa del pasado domingo y rematando con la declaración presidencial sobre su influencia directa en las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El día de ayer, el diario The New York Times difundió un artículo firmado por Alan Freuer y Natalie Kitroeff, con la información de que “autoridades estadounidenses de Justicia revisaron durante años los señalamientos que gente cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con narcotraficantes de quienes recibieron millones de dólares”. Tales reuniones supuestamente ocurrieron una vez que AMLO ya despachaba en Palacio Nacional.
Sin embargo, continúa el artículo, “EUA nunca abrió una investigación formal que finalmente fue enterrada. Las autoridades de Justicia concluyeron que el gobierno de EUA no tenía interés en proseguir con las acusaciones contra uno de sus principales aliados”. Claramente, el gobierno mexicano y don Andrés tienen una palanca para defenderse de las presiones estadounidenses: abrir las puertas a los migrantes que agolpan en nuestra frontera…
Es importante señalar que, a decir de las fuentes a las que los autores tuvieron acceso, las investigaciones “no encontraron ninguna conexión directa entre el presidente y las organizaciones criminales”. Entonces, ¿por qué la difusión del artículo y sus datos?
Por un lado -es mi conclusión personal-, el problema estaría en la gente cercana a AMLO (“associates”) y familiares. Por el otro y como diría mi abuela, el presidente “ya les llenó el buche de piedritas” a los gringos.
La lista de incordios es larga. Empecemos con que el gobierno mexicano dio una exoneración exprés al general Salvador Cienfuegos; no digo que sea culpable, simplemente que el proceso fue extraordinariamente expedito. También podemos enlistar el cierre de la Iniciativa Mérida, junto con la cancelación de las operaciones conjuntas entre SEMAR y la DEA, así como la retirada obligada de miembros de dicha agencia.
En tanto se llegó al Acuerdo Bicentenario para combatir el narcotráfico, el intercambio de inteligencia se vio mermado y no estoy seguro de que fluya como antes. Es de suponer que la ejecución del Acuerdo Bicentenario es bastante tensa, pues continuamente funcionarios de alto nivel de EUA acuden a Palacio Nacional, cuando en el pasado estos acuerdos se operaban a nivel de secretarías de Estado.
A pesar de que el fentanilo es un problema político mayúsculo en EUA, AMLO tuvo el mal tino de negar su producción en México y echarle la culpa a las familias de los adictos. Las declaraciones de López Obrador parecen un contrasentido, pues las Fuerzas Armadas han allanado varios laboratorios y decomisado precursores provenientes de China, o sea que no solo se produce fentanilo en nuestro país, sino que también las aduanas mexicanas a cargo de militares y marinos parecen queso gruyere…
En el plano de las relaciones internacionales, AMLO ha pisado varios callos a la administración Biden: Desairó la Cumbre de las Américas 2022, porque EUA no invitó a sus “cuates” de Nicaragua, Venezuela y Cuba. Tampoco quiso condenar la invasión rusa a Ucrania y le sonríe frecuentemente al gobierno chino. Pero eso sí, invitó al desfile del 16 de Septiembre a destacamentos militares de los gobiernos “cuates”, incluido el ruso.
En el plano económico y siendo EUA nuestro principal socio comercial, don Andrés promovió la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, que afectó a las empresas generadoras de energía con capital estadounidense. El asunto no llegó a un panel de controversia gracias a que nuestra Suprema Corte declaró inconstitucional esta aberración.
¿Se atreverá EUA en algún momento a enjuiciar a AMLO, sus “associates” y/o sus familiares? A don Andrés no; a los demás.., tal vez, pues dicen que hay videos de prueba y el rastreo de los pagos realizados por el crimen organizado.
Veamos el siguiente caso, mi estimado Jesús. Justo el martes pasado inició el juicio al ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández, detenido en 2022 con base en la ley RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), tan solo a 19 días de haber dejado el cargo.
La Corte Sur de Manhattan imputa a Hernández “facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a EU”, recibir dinero para “financiar sus campañas políticas” e impedir la renovación de una misión anticorrupción creada en Honduras con apoyo de la OEA y EUA. Además del ex presidente, están siendo procesados varios de sus “associates” y su hermano.
¿Y adivine qué grupo delincuencial fue el que penetró al gobierno de Honduras?
El cártel de Sinaloa…
Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Correo: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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