ROMA, 3 de mayo 2023—Debajo de un mural gigante de Diego Maradona, los hinchas celebraron el título
de la liga italiana como si habían estado en el partido — cantando, saltando y prendiendo bengalas.
En el otro extremo de Nápoles, en el estadio que ahora lleva el nombre de Maradona, los tributos al jugador más emblemático en la historia del club, asomaban en cada rincón la noche del jueves: su rostro estampado en pancartas, banderines y bufandas.
Como lo describió el técnico de Napoli Luciano Spalletti, luego que el Partenopei selló su primer título de la liga italiana desde que Maradona dirigió al club a los campeonatos de 1987 y 1990, el legado del mito argentino marcó diferencia.
“Estos hinchas han visto a entrenadores de renombre venir e irse. Pudieron ver jugar a Diego Armando Maradona y tal vez su (impacto) se palpó en esta consagración”, dijo Spaletti.
A diferencia de los años de Maradona, sin embargo, este scudetto del Napoli no dependió de la inspiración de un solitario jugador, sino de un bloque colectivo bien engranado que abrumó a los rivales con talento en cada línea: el insaciable goleador Victor Osimhen como centrodelantero, el regate de Khvicha Kvaratskhelia por la banda izquierda, Stanislav Lobotka como el eje del mediocampo y la presencia de Kim Min-jae como zaguero central. Y también las aportaciones del extremo mexicano Hirving Lozano y el lateral uruguayo Mathias Olivera.
Napoli se proclamó campeón gracias al empate 1-1 de visita a Udinese.
El scudetto desató la algarabía en Nápoles, dentro del estadio en Udine y más allá.
Victor Osimhen, máximo anotador de Napoli, anotó el gol del empate a los 52 minutos al aprovechar un rebote. Sandi Lovric adelantó a Udinese en los descuentos.
Napoli alcanzó una ventaja irremontable de 16 puntos sobre Lazio, su perseguidor inmediato y con cinco partidos por disputar.
Aparte de los 11.000 hinchas de Napoli y otros 5.000 afuera del estadio en la ciudad norteña de Udine, 50.000 personas colmaron las gradas del estadio Diego Armando Maradona en Nápoles, siguiendo las acciones del partido en pantallas gigantes.
“Nápoles, esto es para tí”, dijo Spalletti. “Hay gente que podrán superar momentos difíciles en sus vidas porque recordarán este momento. Esa gente se merece toda la alegría”.
Se trata de la primera vez que un club al sur de las capitales tradicionales del fútbol italiano — Milán y Turín — conquista el título de la liga desde que la Roma lo logró en 2001.
Napoli igualó un récord al asegurarlo cinco fechas de anticipación, compartiéndolo con Torino (en 1947-48), Fiorentina (1955-56), Inter de Milán (2006-07) y Juventus (2018-19).
A los 52 minutos, Osimhen aprovechó el rebote dejado a un remate de Kvaratskhelia tras un tiro de esquina.
Durante la celebración de su gol, Osimhen rompió la máscara con la que se protege el rostro y el atacante nigeriano debió jugar sin usarla durante varios minutos mientras era reparada por el personal del club.
Fue el 22do gol de Osimhen esta temporada y el 46to de su carrera en la Serie A, con lo empató a George Weah — ex del Milan y actual presidente de Liberia — como los máximos anotadores africanos en Italia.
Poco después, Osimhen — quien ha reconocido de jugar algún día en la Liga Premier — no quiso comprometerse en seguir en Napoli.
“Quiero disfrutar este momento por el resto de mi vida. Al final de la temporada mis otros sueños se podrán cristalizar”, dijo Osimhen.
Napoli dominó de principio a fin en la temporada. Su primera derrota en la liga no fue hasta enero, a manos del Inter. La victoria 5-1 ante Juventus, nueve días después, confirmó que este era el año del Partenopei.
Llamativamente, nadie apostaba a Napoli como candidato al inicio de la campaña tras las salidas del excapitán Lorenzo Insigne, el goleador histórico Dries Mertens y el central Kalidou Koulibaly.
Pero Osimhen se transformó en el goleador más temido de la liga. El georgiano Kvaratskhelia, con sus mágicos pies, hizo olvidar a Insigne por la izquierda, erigiéndose como una de las mayores revelaciones de Europa esta temporada.
El título también le da Spalletti el laurel que más ansiaba tras dirigir a la Roma y ganar dos títulos de la liga rusa con el Zenit de San Petersburgo.
Y el “Chucky” Lozano hizo historia en el primer futbolista mexicano que gana el título en la primera división de Italia.
“Es algo muy importante para mi país. Estoy sumamente contento”, dijo Lozano. “Mi celular está explotando con tantos mensajes”.
“Esto es una locura, algo muy hermoso”, añadió. “He visto videos del estadio que son increíbles”.
En Udine, los tifosi irrumpieron en la cancha tras sonar el silbatazo final, mientras la noche de Nápoles se iluminó con fuegos artificiales en medio de un delirio total de la población.
“Ustedes siempre me decían que queremos ganar, y lo hemos logrado. Hemos ganado juntos”, dijo el presidente de Napoli Aurelio De Laurentiis al dirigirse al público en el estadio de Nápoles antes de fundirse en un abrazo con el alcalde napolitano Gaetano Manfredi.
De Laurentiis adquirió el club en 2004, cuando Napoli se declaró en bancarrota y tuvo que empezar de nuevo desde la tercera división.
“Esta ha sido la coronación de un sueño de 33 años”, afirmó De Laurentiis.