El Chelsea encontró en el débil Steaua la cura a todos sus males. El equipo de Mourinho se exhibió por Bucarest y sin apenas despeinarse ganó 0-4 para revertir su derrota de la primera jornada ante el Basilea. Cierto es que la Premier será otra historia (y también el Schalke, líder del grupo) pero hasta que llegué podrá congratularse con la goleada de ayer y la genial actuación de
Schürrle. Sólo la lesión de Torres en el minuto 11 nubló una victoria tan cómoda como necesaria para calmar los ánimos.
Scürrle sustituyó al lesionado Hazard y, desde el extremo izquierdo, se convirtió en la pesadilla de la defensa rumana. Ganó tantos unos contra unos como intentó, se asoció con Mata y Ramires y originó dos de los cuatro goles de su equipo. En el minuto 19 bailó a Georgievski y su centro, tras un toque de Eto’o, lo envió a las redes Ramires.
El segundo gol fue cuestión de paciencia. La resistencia rumana apenas existió y el Chelsea tocó plácidamente el balón a la espera de encontrar un nuevo hueco que le permitiese abrir la herida. Mata lo buscó con un tiro lejano pero hubo que esperar hasta llegar casi al descanso para el 0-2, anotado en propia meta por Georgievski. Eto’o embistió la portería rival aprovechando un pase al hueco de Mata y aunque recortó bien a Latovlevici falló ante el meta Tatarusanu por lo que tuvo que ser el propio defensa rumano el que empujó a la red el segundo tanto.
La exhibición de Schürrle continuó tras el descanso y de otro eslalon suyo nació el tercer gol del Chelsea, el segundo de Ramires. Luego, Lampard completó la goleada con un disparo desde la frontal que deja a su equipo segundo de grupo, empatado a puntos con el Basilea, que perdió ante el Schalke