Real Madrid, campeón de la Champions League

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Con goles de Sergio Ramos (93), Gareth Bale (110), Marcelo (117) y un penal del Cristiano Ronaldo (118), Real Madrid logró la décima Champions League de su historia, doce años después de la última, 4-1 sobre un combativo y decoroso Atlético, que se murió en la línea; Diego Godín, al 36, dio la diana de la esperanza colchonera.

El tratamiento milagroso que Diego Costa realizó en Serbia se cayó en minutos. El delantero no aguantó y Diego Simeone lo sustituyó al 9.

Al 31, jugada de película: acción, suspenso y terror. Gareth Bale enfiló desde el medio campo la meta de Courtois, sin marca alguna, solo, la gloria a sus pies y… el balón salió chorreado, sin opción de gol.

Uno, dos, tres toques, medio campo con un dueño, el equipo colchonero tomó la pelota sin miedo, con deseo, con criterio y, sobre todo, sin nervio; error que se convirtió en premio.

Iker Casillas, el capitán merengue, falló en su salida para tratar de corta una pelota que Diego Godín, al 36, aprovechó de cabeza. Escena dramática. Iker, el héroe de glorias pasadas, extendió el cuerpo hacia atrás sin éxito, el esférico rubricó el 1-0 en el Estadio da Luz, luz rojiblanca en el primer tiempo.

Segundo lapso, la historia fue negra para los blancos. Un disparo tímido de Cristiano Ronaldo, el goleador de la Champions, sin brillo a pesar de los reflectores, apenas un chispazo al 53 que Thibaut Courtois, de un manotazo, mandó a tiro de esquina después de un libre directo del portugués.

Fuerza, disparos, sin dirección, rumbo perdido y el poderío de CR7 y compañía no llegó. Más nervio, control de las emociones y Atlético nunca perdió su ADN, que no lo sustentó en coraje, entrega, eso es floritura a la sinfonía de un año futbolístico de ensueño, jugadores con más quegüevos (como lo apuntó el Cholo) en una Final de Europa.

Suspiro de Bale, una más en velocidad del galés y, de zurda, echó el balón y el sueño de la décima por un lado (77).

Diez minutos, Real encima, con doce años a cuestas sin una corona de Europa; y Ramos, de cabeza, al 93, en la agonía, mandó el duelo a tiempo extra.

Envión de prórroga, de época, de fantasmas a un lado y Ángel di María, al 110, colgó una pelota sobre Bale, el villano del primer tiempo, quien se elevó para el 2-1 lapidario, que valió una Orejona, y que rubricó Marcelo (117), donde Cristiano Ronaldo no faltó a la fiesta, al 118, con un penal ante un Atlético que se fundió, que se quedó, otra vez, en el camino. La Décima fue blanca.

 

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