Lionel Messi será el capitán y máxima estrella de la selección de Argentina en la Copa del Mundo Brasil 2014, donde tendrá que demostrar que, con la camiseta albiceleste, puede brillar tanto como en Barcelona.
Aunque nunca jugó en algún club argentino, el delantero de 26 años se ha convertido en un ídolo nacional y en la gran
esperanza del seleccionado para alzar un trofeo que ganó por última vez en México 1986.
El jugador de Barcelona ya es una estrella mundial y sobre sus hombros pesa una presión mediática sólo comparable a la que hace dos décadas enfrentaba Diego Armando Maradona, el mejor futbolista en la historia argentina y extécnico del combinado nacional.
Las comparaciones entre Messi y Maradona se multiplican y son cotidianas en los medios de comunicación locales y en las redes sociales, en donde los fervorosos hinchas le exigen a “La Pulga” el requisito de levantar una Copa del Mundo para poder compararse con “El 10”.
En los últimos años, “Lio” alcanzó todos los títulos posibles, pues condujo al cuadro culé a coronarse en la Liga de España, la Champions, Copa del Rey, Supecopa de Europa y España y el Mundial de Clubes de la FIFA.
Con él al mando, Argentina ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Beijing 2008, además de que ostenta múltiples récords, como el Guinnes por ser el jugador que más goles oficiales metió en una sola temporada: 91 tantos en 69 partidos en 2012.
También es el único jugador que ha ganado dos veces el título de máximo goleador del mundo, tres veces la Bota de Oro y acumula más de 80 reconocimientos tanto en el balompié ibérico como a nivel internacional.
Sin embargo, nada de ello cuenta en Argentina, donde el jugador más caro del mundo, valuado en más de 150 millones de dólares, sólo se consagrará si logra conducir al equipo a una tercera Copa del Mundo, después de las que alzó en Argentina 1978 y México 1986.