En un partido árido, donde parecía que ambos equipos firmaban el empate, los belgas nunca bajaron las manos, en los últimos 10 minutos de la mano de su gran estrella, Eden Hazard empezaron a tener jugadas peligrosas.
Hazard comandó un contraataque por la banda izquierda, llegó a línea de fondo, sacó una diagonal mortal que consiguió empujar el delantero Divock Origi a los 88’.