En el Arena Corinthians, de Sao Paulo, fue el elenco de Jorge Sampaoli el que salió con todo desde el arranque, pese a no tener en el equipo titular a su máxima figura Arturo Vidal. Sin embargo, Holanda se repuso y comenzó a tener llegada al arco de Bravo.
La inclusión de Dirk Kuyt en el once titular de la Naranja le dio mayor movilidad por el lado izquierda, pero tanto Mauricio Isla como Eugenio Mena se mostraron atentos para cortar los avances de los tulipanes.
Chile fue mejorando, con sendos ataques se adueñó del balón y, al frente, tuvo a una selección holandesa que se conformó con el empate y solo intentó con algunas pelotas paradas que no causaron peligro en la portería sureña.
Fue en ese momento en que apareció la figura de Arjen Robben para los tulipanes. No solo con su juego en los balones detenidos, sino también por la agresividad que le impregnó al ataque de su selección.
Si no aparecía la defensa chilena, estaba allí Claudio Bravo para salvar a su portería. La Roja también tuvo lo suyo Alexis Sánchez, pero el delantero del FC Barcelona nunca terminó por juntarse con Eduardo Vargas. Con el empate sin goles, se fueron al descanso.
Para el segundo tiempo, con el ingreso de Jean Beausejour, Sampaoli intentó ganar espacios en el medio campo, pero tuvo a una Holanda mejor plantada que aprovechó la asociación entre Georginio Wijnaldum, Dirk Kuyt para crear fútbol.