Tanto Jesús Martínez padre como Jesús Martínez hijo aparecieron en las pantallas del televisor con el rostro descompuesto, hechos un manojo de nervios, conscientes de que una jugada podía cambiar el rumbo de la serie semifinal que protagonizaron los dos clubes propiedad de Grupo Pachuca. Al final, con un desenlace lleno de emoción y angustia, fueron los tuzos los que se colaron a la serie por el título con un marcador de 2-1 (3-2 global) sobre los esmeraldas de León.
Si bien el cuadro hidalguense se impuso en el tanteador global, la realidad es que León se quedaron a un gol de echar a lostuzos, conjunto que terminó pidiendo la hora, con Oscar Pérez, su guardameta, siendo exigido al máximo, y con la delantera de los Panzas Verdes fallando oportunidades muy claras.
Por eso cuando el silbante decretó el final del juego además de abrazos y aparecieron sonrisas nerviosas de los jugadores que se colaron a la final. Y es que los futbolistas de Pachuca saben que anoche tuvieron mucha fortuna, abriéndose el camino hacia la final de la mano de una jugada llena de fortuna para ellos y de pésima suerte para su rival.
Al 21, luego de un balón que Guillermo Burdisso no pudo despejar, la pelota rebotó en Diego Novaretti, zaguero que sin ninguna intención marcó gol en su propia portería. Más tarde, en el segundo tiempo, el mismo defensa se fue lesionado, con collarín incluido, tras un fuerte choque con un rival.
Fue Elías Hernández quien puso el 1-1 al 59 con un tremendo disparo lejano que incrustó la pelota en las redes tras impactarse en el poste, y quien puso a temblar a Diego Alonso, técnico de los hidalguenses, así como a toda su afición que vio cómo León se había puesto a un gol de la final. Y es que si los esmeraldas hubieran marcado, los tuzos estaban obligados a hacer un par para evitar la eliminación.
Con todo y el gol de Hirving Lozano en tiempo de compensación que puso el 2-1 en favor de los locales, Pachuca terminó la serie sufriendo hasta el último segundo, viendo cómo su arquero se convertía en factor para mantener la ventaja, y también cómo Germán Cano desperdiciaba una oportunidad clarísima con un disparo dentro del área que pudo valer el pase a los dos duelos por el trofeo del Clausura 2016.
Al final fue un autogol, en una acción más que desafortunada, el que abrió el camino hacia la final para los tuzos que pudieron festejar luego de mucho sufrimiento.