SAN ANTONIO.- Sus labios están partidos, las manos duelen y las piernas amagan con entumirse… No les importa. El calor que emana de cada corazón tricolor vence al inclemente frío texano. Es el anhelo por comenzar bien un año que podría marcarlos para toda su vida.
Primer ensayo de la Selección Mexicana en 2014. El rival es Corea del Sur, pero la mente se traslada hasta el verano, donde se concentran los sueños de un equipo que planea aprovechar cada minuto que el destino le ofrezca.
Eso explica la seriedad otorgada al amistoso de esta noche, en una ciudad habitada por poco más de 700 mil mexicanos, según el censo efectuado en 2011. Será de este lado de la frontera, pero Miguel Herrera y sus futbolistas estarán en “casa”, aderezo extra a un juego especial para todos.
“Puede ser un año muy importante, porque hay Mundial. Podría ser el de nuestras vidas”, comparte Oribe Peralta, quien en 2013 marcó 11 de los 15 goles que suma con la camiseta verde.
“Es importante arrancar bien. Para nosotros, es un tema más de preparación y debemos tomarlo como tal, pero tenemos que salir a buscar el triunfo”.
Con el que alargarían el paso inmaculado del Piojo en el banquillo nacional. El “bombero” que rescató al navío identificado con los tonos verde, blanco y rojo tiene tres victorias en igual número de partidos. Llegó con la misión de obtener el penoso reintegro mundialista y hoy tiene ante sí, el mayor reto en su carrera.
Por eso no importa que el frío cale los huesos y la práctica matutina se postergue algunas horas. Ya de noche, el calor artificial del Alamodome resulta mero complemento a jugadores con la sangre a punto de ebullición, listos para empezar de la mejor forma ese año por el que aguardaron desde que el árbitro italiano Roberto Rosetti oficializó, en Johannesburgo, la nueva eliminación mundialista ante Argentina. Recuerdo que todavía lastima.
“Siempre hay ilusión cuando se está con la Selección… Y más en un año de Mundial”, reconoce el capitán Rafael Márquez, quien jugó aquel partido contra la Albiceleste. “La Selección, quizá, pasó por un bache y ahora sólo hay que ir hacia adelante. Hacia atrás, ni para agarrar vuelo”.
Él, hasta ahora, único hombre seguro en la nómina mundialista del próximo verano asegura que jugar ante los asiáticos servirá “para mostrarnos, más que nada. Hay gente nueva, que –quizá— no ha visto Miguel y desea observarlos. Va a ser la única oportunidad, porque hay poco tiempo y pocos partidos [de preparación], así es que debemos tratar de seguir entendiendo lo que el director técnico quiere”.