Regresa ópera náhuatl al Cenart

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La ópera “Xochicuicatl cuecuechtli. Canto florido de travesuras”, que conjuga poesía, baile, música y canto, regresará al Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde ofrecerá una segunda temporada con funciones el 24, 25 y 26 de abril.


La ópera, escrita por el musicólogo mexicano Gabriel Pareyón, se basa en el texto homónimo del siglo XVI, incluido en el libro “Cantares mexicanos”, reeditado en 2011 por Miguel León-Portilla, el cual aborda el erotismo y la sensualidad en el mundo azteca.
En declaraciones al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Miguel León-Portilla señaló que este texto, considerado antecedente del albur, es parte de los cantares mexicanos, que son “composiciones escritas en náhuatl que transvasan lo que originalmente se comunicaba por la oralidad o por los códices con caracteres glíficos y pinturas”.
Se llaman cantares –continuó el académico– porque estas composiciones en verso no solo se recitaban, sino que se cantaban al son del teponaztli (percusión de madera) o el huehuetl (tambor con membrana), pero también se acompañaban con danzas y cantos. Estos poemas, muchos de honda reflexión, eran la conjunción de bailes, cantos, fiesta y copal.
El montaje “Xochicuicatl cuecuechtli” fue resultado de las exhaustivas investigaciones musicales, literarias y lingüísticas realizadas a lo largo de una década por el compositor y musicólogo Gabriel Pareyón.
“Xochicuicatl cuecuechtli” narra la llegada de un extranjero llamado “Tohuenyo”, proveniente de Cuextlán, el país de los huastecos. Este joven ágil, alburero y atractivo, seduce a las ahuianimeh (jóvenes “alegradoras”), quienes tras un jugueteo erótico lo abandonan, dejándolo sumido en la tristeza.
“Xochipilli” –deidad mexicana de las flores, la música, el amor juvenil y las enfermedades venéreas– obsequia al desconsolado “Tohuenyo” una huilacapiztli (ocarina en forma de ave) para que se alegre con su música, haciendo alusión a lo efímero de la vida.
Este personaje, de acuerdo con el autor, es mencionado en diversos documentos, “hay pistas sobre el ´Tohuenyo´, un huasteco vendedor de chiles que en sus viajes y aventuras enamoraba muchachas. Fue un personaje muy popular en el México de los siglos XIV al XVI”.
Una característica importante de este montaje es la participación de una orquesta compuesta únicamente por instrumentos de origen prehispánico, para la cual fue creada una partitura con una notación original, distinta al pentagrama europeo tradicional y desarrollada a partir de símbolos de la iconografía antigua de México.
El compositor e intérprete de música tradicional César Juárez-Joyner actúa primero bajo la figura de un “Cuicamatini” (cantor) y luego de “Xochipilli”.
El actor y acróbata Ricardo Díaz Mendoza interpreta al “Tohuenyo”, en tanto la cantante de ópera Libertad Hernández, la bailarina Alma Priscella Uvalle, la coreógrafa y bailarina Silvia Moreno y la actriz Abril Mondragón personifican a las “ahuianimeh”.

La puesta en escena contará con supertitulaje en español, producto de una versión libre y creativa desarrollada por Pareyón, a partir del texto original, cuyas traducciones fueron realizadas por el filólogo e historiador Ángel María Garibay y por Patrick Johansson.
En esta su segunda temporada en el Cenart, “Xochicuicatl cuecuechtli” presentará un nuevo vestuario diseñado y realizado por David Gremard Romero, quien junto con Jorge Serrano también está a cargo del maquillaje corporal de los intérpretes de la ópera.
El público, además, podrá disfrutar, antes de cada función, de una conferencia magistral sobre el cantar Xochicuicatl cuecuechtli, impartida por Gabriel Pareyón y el especialista en cultura náhuatl e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Patrick Johansson.

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