El mexicano Raúl Jiménez, con dos tantos, sacó del apuro a un Benfica que a la media hora caía en Astana (2-0) y le dio un punto que, salvo cataclismo, le mete en los octavos de final, mientras que al conjunto kazajo le permite aún soñar con ser tercero y, con ello, ir a la Liga Europa.
La confrontación entre el, hasta el inicio de esta jornada, líder (Benfica) y colista (Astana) del Grupo C resultó entretenido, aunque alocado, vistoso y, sobretodo, sorprendente hasta el descanso. Y es que, tras un dominio inicial del conjunto lisboeta, que tomó el control del balón y acechó la meta local, quienes primero golpearon fueron los kazajos.
Golpeó en dos ocasiones. La primera de la manera que más le gusta jugar: dejándose dominar para lanzar un rápido contragolpe y matar al rival; y lo hizo en rápida arrancada por banda izquierda del congoleño Kabananga y remate potente de cabeza del joven ghanés Patrick Twumasi (m.19).
Twumasi, un joven y potente delantero de 21 años, debutaba en la fase de grupos con el Astana ya que hasta ahora había jugado cuatro partidos de la fase de clasificación, donde fue expulsado y castigado con cuatro jornadas. Ante el Benfica fue el mejor y evidenció muy buenas maneras.
El 1-0, el primer gol de la fase de grupos marcado por un jugador del Astana (los otros dos de su casillero fueron en propia meta de jugadores del Galatasaray), sembró de dudas al conjunto lisboeta, que vivió unos minutos de incertidumbre.
Las dudas trajeron errores y uno de ellos, en el minuto 31, trajo el segundo mazazo al Benfica: fallo de marcaje tras saque de falta botada desde banda izquierda por Kethevoana, y remate con la espalda de Anicic, que puso el 2-0.