Desde el pistolazo de salida, el mexicano José Carlos Herrera sabe que está en desventaja ante los favoritos atletas de raza negra, pues los blancos, como Pietro Mennea y Kostas Kenteris, figuran como intrusos ganadores olímpicos en los
últimos 36 años en los 200 metros planos.
El italiano Mennea es el último atleta blanco gigante, tan grande que tuvo en poder el récord mundial con 19.72 segundos, impuesto en 1979 en México, hasta que lo hizo trizas el estadunidense Michael Johnson al ganar la medalla de oro en los Juegos de Atlanta 1996 con 19.32.
Después de Mennea (ITA/ Moscú 1980/ 20.19 segundos) ganaron el oro en los 200 metros Carl Lewis (EUA/Los Ángeles 1984/19.80), Joe Deloach (EUA/Seúl 1988/19.75), Michel Marsh (EUA/Barcelona 1992/20.01) y Michael Johnson (EUA/Atlanta 1996/19.32).
Además de Kostas Kenteris (GRE/Sydney 2000/20.09), Shawns Craford (EUA/Atenas 2004/10.79 y Usain Bolt (JAM/Beijing 2008/19.30- London 2012/19.32).
Salvo Mennea y Kenteris todos los campeones son negros, incluso, entre los tres medallistas de cada uno de los Juegos olímpicos nombrados sólo existe otro atleta blanco, el australiano Allan Wells, quien fue segundo lugar en Moscú 1980.
El neolonés clasificado a los Juegos Olímpicos Río 2016, expresó que eso “no me cuesta trabajo, al contrario lo disfruto mucho y escogí esta prueba porque no soy tan explosivo para hacer el 100. Sí podría ser bueno en 400, pero me he venido desarrollando muy bien en los 200 desde que empecé mi carrera atlética”.
Su fragorosa lucha ante los de raza negra no lo detiene, porque “sería un muy buen ejemplo para los mexicanos, para que vean que, uno, no es difícil y, dos, todo es posible pero tienes que hacer las cosas adecuadas para que se den estos resultados.
Herrera se dijo consiente de que “esas limitaciones nos las ponemos mucho porque decimos ah, pura raza negra, o, casi no hay mexicanos. (Luis Karim) Toledo lo hizo, (Carlos) Villaseñor también lo hizo, (Alejandro) Cárdenas también lo hizo y tengo que seguir dando el ejemplo”.
Su 1.87 de estatura y 81 kilogramos, la mayor parte de masa muscular, lo hacen ver como una mole, pero apenas parecido a lo que fue en su momento su ídolo, el estadunidense Michael Johnson, un monstruo de la explosividad y velocidad con base a una espectacular musculatura.
“Me enfoco mucho en hacer músculo. Nunca voy a ser voluminoso como los otros atletas que están en las competencias porque esas personas no son como yo, como los de raza negra”, comentó.
Aceptó que “por mi tipo muscular no soy tan explosivo como los (atletas) de raza negra, pero a la larga puedo desarrollar igual o más velocidad que ellos”.
Compartió que desarrollar velocidad cuesta mucho más entrenamientos para él y los de raza negra son muy talentosos que no trabajan tanto como él.
Señaló que la gran diferencia es que “tengo muchas ganas de trabajar, porque puedo lograr lo mismo que ellos que les cuesta menos intensidad y horas de entrenamientos y es ahí donde entran mis ganas de hacer las cosas y en ese aspecto es donde varios atletas tiran la toalla”.
Del 6 de diciembre al 4 de enero pasado hizo un entrenamiento en Hermosillo, Sonora, y del 4 al 20 de enero otro en Phoenix, Arizona, donde puso énfasis a mejorar su técnica de salida, donde siente que más ha fallado.
“Ellos por su talento trabajan menos. Si ellos quieren lograr algo lo hacen una vez y triunfan, y yo tengo que hacerlo 1.2 o 1.3 tres veces. Ese 1.3 veces cuesta y ese no todos están dispuesto hacerlo y yo estoy más que dispuesto a hacerlo y estoy disponible a trabajar 1.5 o 1.6 o el doble que los negros para poder llegar más lejos”, expresó.
Sabe que “los de raza negra son muy talentosos, pero les falta la actitud de trabajar más, por lo mismo tienen que hacer menos por lograr los triunfos y todo se vuelve un hábito y al volverse un hábito la falta de un trabajo adecuado les va afectar en otras cosas”, externó.
Enfatizó que “es ahí donde el mexicano tiene más resistencia al trabajo, aguanta más al arduo entrenamiento y es la vía como podemos llegar lejos”.
Comentó que “en Phoenix aguantaba los entrenamientos mejor que ellos y al ver cómo entrenaba se empezaron a inspirar y a hacerlo más y más fuerte y eso que estuve con gente muchísima más rápida que yo y en los entrenamientos me lo llevaba de calle”.
Agregó que “cuando me veían decían ‘un mexicano qué hace aquí, un chavo que es más lento que nosotros como es que nos esté ganando’, bueno, les gané porque tengo más ganas de trabajar y porque sé que tengo talento y voy a tardar un poquito para desarrollarlo”.
Ahí entrenó junto al canadiense Andre de Grasse, ganador de las medallas de oro en 100 y 200 metros planos en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, además de tercer lugar en 100 metros en el Campeonato Mundial de Beijing 2015.
También junto al sudafricano Anaso Jobodwana, tercer lugar en 200 metros planos en Beijing, y Hua Wilfried, de Costa de Marfil, quien es uno de los mejores africanos en la distancia, entre otros.
“El entrenamiento es cruel, pero se disfruta cuando se da un buen resultado”, expresó quien tiene por meta correr los 200 metros en 20 segundos o menos, porque eso le abriría las puertas de la final olímpica en Río 2016.
“Me visualizo en esa final. No me quiero emocionar porque necesito ir paso a paso, ya que esté ahí me puedo emocionar, no antes. Y no me quiero emocionar porque no se ha logrado aún. Quiero ser un ejemplo para todos los mexicanos”, sentenció.