Rafael Nadal ha vuelto, y lo ha hecho en su mejor superficie que es la arcilla. El tenista español aprovechó estar en casa y le arrebató al japonés Kei Nishikori el Trofeo Conde de Godó, luego de vencer en la final al japonés Kei Nishikori por 6-4 y 7-5.
Al mallorquín sólo le tomó dos horas y cuatro minutos imponerse al japonés, y así se adjudicó su título 49 en tierra batida, la corona número nueve en Barcelona, con lo que igualó el récord del torneo del argentino Guillermo Vilas.
No obstante, Nishikori no vendió barata su derrota pero en el primer set Nadal, quinto de la clasificación de la ATP aprovechó las dos oportunidades de quiebre que se le presentaron, mientras que el nipón lució errático y sólo capitalizó una de ocho oportunidades, por lo que perdió 6-4.
Ya con la ventaja, el ex número uno del mundo, tuvo que pelear palmo a palmo con un bicampeón defensor Nishikori, que complicó la labor del español hasta llevar la segunda manga al 5-5.
Pero con la obligación del manacorí por triunfar en su país, disputó el mejor punto del partido en el juego 12, con el marcador 30-15 y con el asiático al saque, en el que Nadal tuvo que recorrer toda la cancha para resolver con gran técnica un revés del número seis de la ATP.
Ya con el encuentro 40-15 y ganando 6-5, Nadal solamente tuvo que esperar a los errores de Nishikori, quien se vio perdido con la presión y cedió en la primera de dos oportunidades de punto para juego al rematar la pelota de la cancha.
Gracias a este triunfo partirá como segundo preclasificado del Abierto de Madrid, tan solo por detrás del serbio Novak Djokovic, número uno de la ATP.
En cambio para Nishikori, la caída significó romper su racha de 19 encuentros sin perder en este torneo y su primer descalabro en la final de la competencia tras haberla conquistado en el 2014 y 2015.