La arquera mexicana Aída Román, quien en Londres 2012 hizo vibrar al país por su certera puntería y hacer historia en su disciplina, en los Juegos Olímpicos de Río 2016 fracasó en su intento por subir al podio.
Tras el mal momento, la arquera mexicana, campeona mundial bajo techo en Francia, aceptó que no sólo ella, sino todo el equipo de arquería, requiere de apoyo psicológico porque el deporte de alto rendimiento tiene otras aristas más allá de los entrenamientos.
Uno de los psicólogos que acudió a la justa olímpica como apoyo para los atletas y prefirió el anonimato, reveló que a la mayoría de los atletas de alto rendimiento requiere de respaldo de esta área, porque es importante para controlar emociones fuertes, tanto en competencia como fuera de ella.
“No es justificarla, pero si se requiere, no sólo en ella, sino en todos los deportes. Además los atletas sufren problemas con sus federaciones que no pueden solucionar y van más allá del deporte”, expresó.
El tiro con arco en México no es tan popular como el baloncesto o el futbol, pero tiene un lugar especial en el organigrama del sistema deportivo del país y gente como la propia Aída Román, el experimentado Juan René Serrano y Luis Álvarez han cargado con la presión de brindar resultados.
Lo sucedido este lunes a una de las consideradas mejores arqueras de América, no es obra del desencanto existente en el seno de su deporte, sino también aunado a la falta de un equipo multidisciplinario que atienda el momento psicológico de los competidores.
La capitalina lamentó que en esta ocasión no hayan salido las cosas y discrepó que jamás se pudo adaptar a las condiciones climáticas como el viento, el cual sopló fuerte durante la competencia.