PARÍS, 31 de mayo 2023—Daniil Medvedev llevaba el cartel de segundo cabeza de serie del Abierto de Francia.
Venía de ganar un importante torneo en arcilla hace una semana. Y también presumía de haber conquistado un título de Grand Slam, amén de alcanzar otras tres finales.
¿Y su oponente el martes en la primera ronda de Roland Garros? Pues Thiago Seyboth Wild, un brasileño de 23 años que inició la semana como el número 272 del ranking, apenas disputaba su segundo partido en el cuadro principal de un Grand Slam. Tuvo que ganar tres partidos en la fase previa del torneo para acceder a la llave masculina, algo que no había podido conseguir en ocho intentos previos en las grandes citas.
A veces, los números pasan de largo. También la experiencia. El ganador de un duelo de tenis suele ser el que mejor nivel se encuentre ese día, por más sorprendente que pueda ser.
Sin achicarse al saltar a la pista del estadio Philippe Chatrier, Seyboth Wild exhibió su potente derecha y aplomo en el tramo final para sellar un triunfo por 7-6 (5), 6-7 (8), 2-6, 6-3, 6-4.
“Había visto jugar a Daniil durante toda mi carrera como juvenil hasta el día de hoy. Siempre soñé con jugar en esta cancha contra este tipo de jugador... Es un sueño hecho realidad”, comentó Seyboth Wild.
¿Cuál fue su estrategia?
“Nada más buscaba los ángulos, acercarme a la red lo más posible, emplear mi forehand contra el suyo”, explicó Seyboth Wild. “Me salió bastante bien”.
Y vaya que sí.
La derrota hizo recordarle a Medvedev lo poco que le gusta jugar en arcilla.
“Me tragué un poco de arcilla cuando estábamos en el tercer juego del partido, y no me gustó. No sé si hay gente que le gusta comer arcilla, tener arcilla en sus raqueteros, en sus zapatillas, en las medias — las medias blancas que tiras a la basura tras la temporada de arcilla”, dijo Medvedev, el campeón del Abierto de Estados Unidos en 2021 y finalista en otras tres ediciones de Slam en canchas duras. “Quizás hay gente que le gusta, pero a mí no”.
Al arriesgar más en la arcilla, Seyboth Wild dominó 69-45 en la cuenta de tiros ganadores, un registro que se inclinó 47-15 a su favor con el forehand.
Fue la primera vez que el segundo cabeza de serie del cuadro masculino pierde en la primera ronda de Roland Garros desde 2000, cuando Pete Sampras — otro que no le tenía cariño a la arcilla — fue eliminado por Mark Philippoussis.
“Definitivamente fue el día más feliz de mi vida”, dijo Seyboth Wild. “Yo sabía que iba a ser un partido muy duro, pero tenía la idea de cómo jugar. Lo había visto jugar ya 1.000 veces. Sólo tenía que creer en mí mismo”.
Medvedev llegó a alcanzar la cima del ranking de la ATP y se proclamó campeón del US Open, venciendo a Novak Djokovic en la final para impedir que completara el Grand Slam en un año, una hazaña no vista en el tenis masculino desde hace más de un cuarto de siglo.
Pese a toda su brillantez en las canchas duras, el ruso nunca se ha destacado en el polvo de ladrillo. — perdió sus cuatro primeros partidos en Roland Garros. Sin embargo, había mostrado señales de mejoría, al alcanzar los cuartos de final en París en 2021 y los octavos el año pasado. También conquistó un título en la superficie en Roma este mismo mes.
Pero nunca pudo tomar la iniciativa ante Seyboth Wild en un duelo que abarcó 4 horas y 15 minutos.
Medvedev, quien recibió atención al sangrar por la nariz en el tercer set, pagó caro el cometer 15 dobles faltas, la mayor cantidad de su carrera.
Seyboth Wild ni siquiera había disputado un cuadro principal en torneos de la ATP este 2023, relegado a competir en la gira de Challengers.
Ahora disfrutará del lujo que brinda la programación de un Grand Slam, pero que es inusual en otros certámenes: Un día de descanso. Disputará su partido de segunda ronda el jueves.
¿Podrá darse algo de descanso? ¿Celebrar la mayor victoria de su carrera?
No prevé hacer eso.
Seyboth Wild anticipó que su entrenador le hará volver a las pistas para practicar.
“Así es el tenis. Hay que estar en la cancha, trabajar duro y recibir tu recompensa”.
Durante su conferencia de prensa, Seyboth Wild recibió la atención que suele llegar cuando un ilustre desconocido da semejante sorpresa.
Un reportero hizo bromas respecto del apellido Wild, una palabra que en inglés puede significar “loco”.
Le preguntó al tenista si ésta había sido su “victoria más loca” y si había cumplido sus “sueños más locos”.
“Sinceramente no sé cuántas veces he oído esa broma, pero nunca envejece”, comentó.
Más tarde, surgió una pregunta sobre un tema más serio. En junio de 2022, la fiscalía estatal de Río de Janeiro acusó a Seyboth Wild de violencia contra su expareja. El tenista ha negado haber cometido un delito, y un fallo sobre el caso surgiría este año.
“No pienso que ése sea un tema del que debamos hablar... aquí”, dijo Seyboth Wild. “No creo que sea una pregunta que deberían hacerme”.
La eliminación de Medvedev fue el resultado más significativo al cierre de la primera ronda. Sin embargo, hubo una excampeona del Abierto de Francia que debió marcharse a casa: Barbora Krejcikova, quien ganó títulos de individuales y dobles en 2021.
Por segundo año consecutivo, la checa perdió en la primera ronda de individuales. Lesia Tsurenko la venció el mares por 6-2, 6-4.
Bianca Anreescu, quien ganó el US Open de 2019 pero ha llegado a la cuarta ronda de un Slam sólo una vez desde entonces y es 42da del escalafón, doblegó 2-6, 6-3, 6-4 a Victoria Azarenka, dos veces monarca del Abierto de Australia.
Entre las principales preclasificadas que avanzaron figuró la campeona defensora Iga Swiatek, la subcampeona Coco Gauff, la monarca reinante de Wimbledon Elena Rybakina y la dos veces finalista Ons Jabeur.
Triunfaron también Casper Ruud (4to preclasificado y quien perdió la final del año pasado ante Rafael Nadal); Holger Rune (6to), Taylor Fritz (9no) y Tommy Paul (16to).
El último duelo de la sesión resultó electrizante y terminó después de la medianoche.
El local Gael Monfils se sobrepuso a una desventaja de 0-4 y 30-40 en el quinto set, y terminó eliminando 3-6, 6-3, 7-5, 1-6, 7-5 al argentino Sebastián Báez.
“Es definitivamente uno de mis dos mejores partidos”, dijo Monfils, veterano de 36 años. “Tuve uno más o menos así hace unos años ante (el uruguayo Pablo) Cuevas en la cancha Suzanne Lenglen”.