Francia, 8 de julio 2023—Karolina Muchova era la semifinalista inesperada en el Abierto de Francia y por
lo tanto no era favorita. De hecho, ni siquiera es preclasificada en el certamen.
Y tras lidiar con calambres en las piernas durante casi tres horas, estaba a un punto de caer ante Aryna Sabalenka (segunda favorita), quien llegó ayer con una foja de 12-0 en torneos de Grand Slam en 2023, incluido el título en el Abierto de Australia.
De algún modo, Muchova supo salir de los predicamentos, ganó los últimos cinco games ante una contrincante errática y se impuso 7-6 (5), 6-7 (5), 7-5 en Roland Garros para llegar a su primera final, en el torneo en que menos lo esperaba.
“Fue una montaña rusa”, dijo Muchova.
Mañana enfrentará a Iga Swiatek, la campeona defensora de Roland Garros y la primera del ranking, quien superó a la brasileña Beatriz Haddad Maia 6-2, 7-6 (7). Swiatek busca su tercer título en París y su cuarto campeonato de un torneo grande; su victoria en semifinales le asegura a la polaca de 22 años mantenerse en la cima de la clasificación del ranking de WTA.
Muchova, la número 43 del escalafón, es la cuarta jugadora con ranking más bajo en llegar a la final del Abierto de Francia en la historia. Por otro lado, ahora tiene marca de 5-0 en su carrera contra jugadoras dentro del top tres del mundo.
Fue difícil decidir qué constituyó una sorpresa mayor, la derrota de Sabalenka o la forma en que perdió.
“Simplemente traté de seguir peleando y funcionó”, dijo Muchova. “En realidad no sé lo que pasó”.
Sabalenka, quien ganó en enero el Abierto de Australia, estuvo a un punto de ponerle fin a la semifinal en un duelo de más de tres horas al estar 5-2 arriba en el tercer set, pero luego colapsó, perdiendo 20 de 24 puntos en la recta final.
Muchova, de República Checa y 26 años, siempre ha sabido que su juego funciona mejor en condiciones rápidas: su mejor resultado previo en un torneo grande fue una semifinal en Australia en cancha dura. Su único título en la WTA es de cancha dura y nunca había pasado la tercera ronda en la arcilla de Roland Garros, hasta ahora.