MADRID, 31 de agosto 2023—La indignación por un beso del máximo dirigente del fútbol español en los
labios de una futbolista ante millones de espectadores del Mundial se ha convertido en una bola de nieve que lleva años formándose en una nación cada vez más intolerante con los abusos.
El beso que dio Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a Jenni Hermoso no solo amarga el triunfo obtenido en la Copa Mundial, sino que ha desencadenado un torrente de denuncias de otras mujeres deportistas sobre comportamientos depredadores por parte de hombres.
"Es la punta del iceberg públicamente de lo que veíamos en privado", dijo a Reuters Verónica Boquete, que capitaneó a España en su primer Mundial en 2015.
El escándalo llega después de años de inquietud cada vez mayor en España por los abusos a mujeres, especialmente tras la sonada violación en grupo de una adolescente por parte de "La Manada" en 2016, que llevó al Gobierno liderado por los socialistas a reformar las leyes de consentimiento sexual.
En el caso del fútbol, los esfuerzos de la selección femenina por combatir el sexismo y alcanzar la paridad con sus compañeros masculinos se remontan a casi una década. El proceso incluye dos rebeliones en el vestuario que acabaron con las carreras internacionales de varias jugadoras.
Boquete lideró un motín que buscaba la dimisión del seleccionador Ignacio Quereda tras una pésima actuación en el Mundial de 2015, el único al que llegaron sus equipos en casi tres décadas.
Las jugadoras entrevistadas en un documental de Movistar+ de 2021, "Rompiendo el silencio", describieron una cultura de acoso y condescendencia bajo su mandato.
Quereda no respondió a varias peticiones de comentarios enviadas a su teléfono, aunque en su momento dijo que las quejas de las jugadoras le "dolían... Porque no es verdad".
La RFEF no respondió a una petición de comentarios sobre las acusaciones contra Quereda.