WASHINGTON, 15 DE FEBRERO 2024--Era un día de fiesta, y terminó en tragedia. Un día idílico de invierno en el corazón
de Estados Unidos, con cientos de miles de personas que se habían reunido para festejar el título en el Super Bowl de los Kansas City Chiefs, y terminaron corriendo por su vida. Un día alegre que terminó en muerte y miedo, como tantos otros días teñidos de sangre por un arma. Un tiroteo en esa ciudad del estado de Missouri dejó por lo menos un muerto y más de 20 heridos -18 de ellos de bala- cerca de la estación Union Station este miércoles en medio de los festejos de cientos de miles de aficionados del equipo local de fútbol americano que celebraban su tercer título en cinco años con un multitudinario desfile.
El día pasó de la música, los cantos y los discursos de los jugadores desde un escenario a los tiros, las corridas, y las sirenas de la policía y las ambulancias, en un verdadero pandemónium transmitido por videos en redes sociales. Horas después del tiroteo, el presidente Joe Biden recibía un informe en la Casa Blanca y se mantenía atento a las actualizaciones, funcionarios de su gobierno estaban en contacto con líderes estatales y locales, y las autoridades federales están en escena en apoyo de las autoridades locales.
La policía de Kansas City respondió a las denuncias de disparos durante el evento y dos personas armadas fueron detenidas. El jefe de los bomberos, Michael Hopkins, informó que una persona murió y otras nueve resultaron heridas. Tres víctimas se encontraban en estado crítico otras cinco estaban en estado grave, dijeron las autoridades. La cifra extraoficial de heridos luego subió a por lo menos 30, según medios norteamericanos.
El hospital de niños Children’s Mercy había recibido 12 pacientes, 11 de los cuales eran niños, ocho con heridas de bala, dijo un vocero del hospital.
El desfile y la celebración por el Super Bowl de los Kansas Chiefs convocó a cientos de miles personas y cubrió de rojo, el color de la camiseta del equipo, las calles de la ciudad. Con su triunfo el último domingo ante los 49ers de San Francisco, los Chiefs consolidaron su dominio en la liga de fútbol americano y terminaron por forjar una nueva dinastía en Estados Unidos.
“Esto es absolutamente una tragedia, algo que nunca hubiéramos esperado en Kansas City, y que recordaremos durante algún tiempo”, dijo en una conferencia de prensa el alcalde de Kansas City, Quinton Lucas, quien estaba presente en la estación al momento del tiroteo.
El vocero del Departamento de Policía de Kansas City, el capitán Jake Becchina, dijo que al momento del desfile hubo disparos al oeste de la estación Union Station, cerca del estacionamiento, y “varias personas resultaron heridas”.
El centro de la ciudad de Kansas City estaba repleto de aficionados de los Chiefs, que festejaron su tercer título del Super Bowl junto a sus jugadores. Union Station, un edificio Beaux Arts de 109 años de antigüedad que alguna vez sirvió como centro ferroviario para el transporte de pasajeros y carga, actualmente alberga un museo y es una de las atracciones turísticas de la ciudad.
Antes del tiroteo, la fiesta en la ciudad era total. Tras décadas sin ganar un campeonato, la ciudad comienza a ganar experiencia en desfiles de victoria. Hace cuatro años, en 2020, antes de que la pandemia del coronavirus paralizara al mundo, los Chiefs superaron igualmente a los 49ers para su primer título de la NFL en 50 años. Este año volvieron, los Chiefs volvieron a superar a los 49ers y se coronaron bicampeones, algo que no ocurría en la Liga de Fútbol Americano en 19 años. Y este año el logo deportivo tuvo un aliciente: el noviazgo de Taylor Swift con una de las estrellas del equipo, Travis Kelce, convirtió al equipo en un fenómeno global.
El partido del domingo por el Super Bowl fue visto por más de 120 millones de personas, según Nielsen, y se convirtió en el programa televisivo más visto en Estados Unidos desde la llegada del Apolo 11 a la Luna. Swift viajó desde Tokio a Las Vegas para acompañar al equipo en la final, pero no estuvo en el desfile en Kansas City porque voló a Melbourne, Australia, para un concierto programado este viernes por la noche, según Sky News Australia.
“Estamos coleccionado trofeos”, había celebrado el jugador Drue Tranquill al tomar el micrófono de un reportero durante los festejos. Los cañones de confeti explotaron desde los ómnibus de dos pisos en los que los jugadores se trasladaron entre la afición. DJ y bateristas anunciaron su llegada. A lo largo del trayecto, los aficionados se colgaron de los árboles y se pararon en los techos para tener una mejor vista.