París, 6 de agosto de 2024 ::: Simone Biles, once veces medallista olímpica, es difícil de batir, pero no imposible.
La gimnasta brasileña Rebeca Andrade lo demostró al superar a su rival estadounidense en la final de suelo de los Juegos Olímpicos de París. Biles se llevó la medalla de plata.
Fue un momento de catarsis para la gimnasta de 25 años, que durante gran parte de su carrera ha tenido que jugar un papel secundario con respecto a Biles.
"Estoy muy contenta y orgullosa de lo que he hecho. Venimos aquí todos los días para competir y rendir", declaró Andrade a la prensa tras ganar el oro. "La gimnasia no es un deporte fácil, exige mucho de nuestro cuerpo y nuestra mente. Confiaba en poder gestionar toda la presión y trabajé con mi entrenador para conseguir lo que logramos".
Antes de que empezara la acción en París, Biles dijo que Andrade era su mayor rival, y que ambas estaban muy acostumbradas a competir entre ellas. En el documental de Biles para Netflix, que se estrenó el mes pasado, la estrella estadounidense afirmó que Andrade es la que más la "asusta" de todas sus competidoras.
En los Campeonatos del Mundo del año pasado, Andrade se llevó el oro en salto con bóveda, mientras que Biles se llevó la plata. Esta victoria convirtió a Andrade en la primera atleta en superar a Biles en salto en esa competición desde 2015. Andrade también ganó la medalla de oro mundial de gimnasia individual completa en 2022.
Antes de la actuación del lunes en el suelo, después de la final individual de gimnasia completa del jueves por la noche, Biles dijo que le encantaba competir contra la brasileña, pero que Andrade se estaba acercando "demasiado".
"No quiero competir más con Rebeca. Estoy cansada", dijo entonces Biles. "Está demasiado cerca. Nunca había tenido a una atleta tan cerca, así que definitivamente me puso en alerta, y sacó a la mejor atleta que hay en mí, así que estoy emocionada y orgullosa de competir con ella, pero... era incómodo, chicos. Estaba estresada".
::: Un viaje a la gloria marcado por las lesiones
Pero la trayectoria de la gimnasta brasileña hacia el éxito no ha sido un camino de rosas. Tras lidiar con lesiones que pueden acabar con la carrera de cualquier gimnasta (rotura del ligamento cruzado anterior en 2015, 2017 y 2019) y pasar por tres operaciones de rodilla, ha demostrado una gran determinación ante la adversidad.
Se convirtió en la primera sudamericana en subir al podio de la competición de gimnasia completa, consiguiendo una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Quedó segunda tras Sunisa Lee, del equipo estadounidense, pero cuatro días después ganó el oro en salto sobre la estadounidense MyKayla Skinner.
Andrade, originaria de São Paulo, creció con siete hermanos y empezó a practicar gimnasia a los cinco años, después de que su tía la llevara a los entrenamientos del gimnasio donde trabajaba.
Su madre, Rosa, limpiaba casas para mantener a su familia y pagar los estudios de Andrade. En 2009, Andrade se trasladó a Curitiba, antes de llevar su talento al club Flamengo de Río apenas un año después.
Ahora, es una campeona olímpica y mundial, que sabe que es más que capaz de batir a la que posiblemente sea la mejor gimnasta de la historia.
::: Una imagen olímpica definitoria
Después de que tanto Biles como Andrade sufrieran una decepción en la prueba de viga de equilibrios a primera hora del lunes, la pareja salió para sus rutinas de suelo con una misión: deslumbrar a los jueces con su actuación final en París.
La dificultad de Biles le dio una ventaja significativa, pero fue penalizada por salirse de los límites en dos ocasiones.
Mientras tanto, Andrade arrasó en su rutina de suelo y marcó la pauta para que el resto de sus rivales intentaran igualarla. Al final, ni siquiera Biles pudo con ella.
"Es increíble. Es la reina", dijo Biles sobre Andrade el lunes.
La medalla de oro de Andrade del lunes se suma a las de plata en salto y gimnasia completa, así como al bronce en la prueba por equipos, completando unos Juegos llenos de éxitos para la brasileña.
"No puedo elegir porque todas son especiales para mí", dijo cuando se le preguntó cuál era su medalla favorita.
"Nuestro bronce en la competición por equipos fue muy importante para mí, era algo con lo que habíamos soñado como equipo y algo que yo también deseaba. En cuanto a mis medallas individuales, es lo mismo. Sabía de mis capacidades y lo di todo. Estaba luchando por tener por fin un oro porque lo deseaba con todas mis fuerzas".
Andrade no pudo ocultar su emoción cuando le entregaron la medalla de oro, vitoreada por sus seguidores dentro de la arena.
Cuando subió al podio, Biles y la medallista de bronce Jordan Chiles se inclinaron ante ella en señal de respeto. El momento creó una de las imágenes más definitorias de estos Juegos Olímpicos.