El Estadio Panamericano estaba listo para recibir la mejor entrada en el torneo de Premier 12. La afición se anunciaba
emocionada de ver una victoria de la Selección Mexicana sobre Estados Unidos y así clasificarse a la Súper Ronda que se disputará del 21 al 24 de noviembre.
Un día previo al juego contra los estadounidenses, el coach Benjamín Gil hizo un llamado a la afición que no se había hecho sentir en el recinto de Zapopan y que, de no llenarse en la última jornada de la competencia, sería un fracaso. Sin embargo, las personas respondieron ante este reclamo y el apoyo a la novena azteca estuvo de principio a fin, pero el verdadero fiasco se dio en el terreno de juego.
En la primera entrada que cayó la anotación azteca, el público se enardeció. La fe de conseguir la segunda posición estaba intacta. Pero, una vez que se jugó el siguiente inning, todo cambió. Por más abucheos de la afición mexicana para los jugadores estadounidenses, no se detuvo el ataque y los mexicanos se quedaron con las ganas de continuar en el torneo.
Aún cuando en la pizarra se veía un humillante 11-1, la afición se mantuvo optimista, alentando y gritando con el tradicional “¡México, México!”, pero nada hizo despertar a los pupilos de Benjamín Gil para intentar que la derrota fuera menos dolorosa.
Cuando cayó el tercer out para los aztecas en el séptimo capítulo y se dio por terminado el juego, las personas comenzaron a salir del inmueble con el rostro desencajado y completamente tristes, puesto que la ilusión quedó más que rota.