Madrid, España, 13 de octubre de 2025 ::: De manera inesperada, Morante de la Puebla anunció su retiro del toreo.
El torero cortó las dos orejas de su segundo toro en la Corrida de la Hispanidad, celebrada en Madrid. Su despedida culminó con una de las actuaciones más intensas y sinceras de su carrera, marcando el final de una trayectoria de tres décadas.
Horas antes, el sevillano ya había dejado entrever su estado de ánimo al participar en el festival homenaje a Antoñete, organizado por él mismo, en el que rindió tributo al legendario torero madrileño vistiendo un traje malva y oro, habitual del maestro. Este guiño simbólico anticipó la dimensión emocional de una tarde que quedará grabada en la historia de Las Ventas.
Su primer toro, de 615 kilos, se mostró reservado y parado, obligándolo a abreviar con macheteo tras brindarlo a Isabel Díaz Ayuso. En cambio, con el segundo, que ofreció a Santiago Abascal, Morante salió a darlo todo. Desde el saludo inicial de rodillas al estilo de los Gallo hasta las apretadas chicuelinas, su faena fue un compendio de arte y entrega. Un violento volteo lo dejó tendido sobre la arena, pero el torero volvió, sin aparente lesión, decidido a torear con el alma.
Con la muleta, alcanzó una pureza absoluta: relajado, con las muñecas sueltas y el cuerpo en calma, logró dominar a un toro que alternaba nobleza y peligro. Cada pase fue breve pero cargado de emoción y verdad, hasta culminar con una estocada perfecta que desató la concesión de las dos orejas. En una lenta vuelta al ruedo, el maestro saboreó su último triunfo antes de despojarse de la montera en los medios y anunciar su retiro, entre la sorpresa y la ovación del público.
Finalmente, cientos de personas irrumpieron en el ruedo para sacarlo a hombros en una escena de fervor y homenaje, despidiendo al torero que hizo de la inspiración y la autenticidad su bandera. Así, Morante de la Puebla puso fin a una de las trayectorias más singulares y apasionadas de la tauromaquia moderna.