Cuando Jefes de Kansas City se enfrentó a Empacadores de Green Bay en 1967 en el primer Super Bowl de la historia, muy pocos se imaginaban en la danza millonaria que se convertiría este juego que cada año paraliza a Estados Unidos.
El evento no es sólo un juego para contemplar un deporte brutal para muchos, lleno de acción y complejo por sus estrategias, sino que se ha erigido en el estandarte de las empresas más importantes del mundo.
Este domingo cuando Broncos de Denver y Halcones Marinos de Seattle se enfrenten en el Super Bowl XLVIII en el estadio MetLife de Nueva Jersey, las corporaciones pagarán la cifra récord de más de cuatro mllones de dólares por 30 segundos de espacio comercial televisivo durante el juego.
Entre los anunciantes de este año para el partido juego que será transmitido por la cadena FOX, se encuentran marcas como Toyota, Jaguar, Audi, Volkswagen, Dannon Oikos yogurt, Butterfinger, CarMax, Bud Light, Budweiser y poderosas empresas de refrescos, entre otras.
"Estamos viendo sofisticación llegar al Súper Bowl en los anuncios. No hace mucho tiempos sólo veíamos cervezas o senos", dijo al comentar sobre los anuncios, Kelly O´Keefe, profesor de mercadeo de la Universidad Virginia Commonwealth.
Es así que este deporte ha llegado a tener tanta popularidad y a ser su juego final uno de los eventos más vistos del mundo, que genera interés tanto dentro como fuera del país.
Hay aficionados que disfrutan tanto el juego como los anuncios comerciales sin contar los vistosos shows musicales del medio tiempo, pero otros sólo se sentarán frente al televisor el domingo para observar otras cosas, pues las corporaciones acostumbran lanzar sus campañas durante el Super Bowl. Es por eso que este año el espacio comercial romperá todos los récords. Pero no siempre fue así.
En el Super Bowl de 1967, ganado por Green Bay, el costo del comercial fue de 42 mil dólares, luego en el Súper Bowl X (1977) que ganó Pittsburgh el costo del espacio comercial fue de 111 mil dólares.
Para el Super Bowl XX (1986) cuando Chicago fue campeón el costo del espacio comercial fue de 555 mil dólares; para el Super Bowl XXX (1996) que logró Dallas el costo fue de 1.085 millones de dólares.
En el Super Bowl XL (2006) con Pittsburgh como ganador el pago fue de 2.5 millones y el año pasado en el Super Bowl XLVII con Baltimore como campeón fue de cuatro millones de dólares.
Y si de billetes se trata, Halcones Marinos no tiene competencia en la NFL, pues el co-fundador de Microsoft, Paul Allen, cuya fortuna asciende a unos 15 mi millones de dólares y ocupa el lugar 53 entre los más ricos del mundo, según Forbes, es el dueño del equipo de Seattle.