El despido de David Moyes, después de solamente 10 meses como entrenador del Manchester United, es, sobre todo, un asunto de imagen. Ninguna otra compañía británica recibe más cobertura de prensa que el United. Por lo tanto, ser su director técnico es, en gran parte, un trabajo de relaciones públicas. La imagen de Moyes lo entorpeció durante su breve reinado. Procedente del Everton, un equipo menor sin gran nombre, no poseía la estatura necesaria para desmantelar el venerado equipo del United. Entonces, cuando sus jugadores ya entrados en años no tuvieron el rendimiento necesario, y dejaron al United en el séptimo lugar de la Premier League, sus relaciones públicas le fallaron.