En un día soleado en Washington y sus alrededores, a primera hora de la mañana del martes había algunas filas en un centro de votación en Arlington (Virginia), pero a medida que transcurría la jornada la afluencia de gente fue disminuyendo, según pudo constatar Efe. Estados Unidos es un país con 9,8 millones de kilómetros cuadrados que abarca seis zonas horarias, por lo que las votaciones transcurren de forma escalonada desde la apertura de las primeras urnas en la costa este hasta el cierre de las últimas en Hawai.
El voto hispano seguirá siendo clave. Los hispanos siguen prefiriendo a los demócratas en las urnas y apoyan en un 34% al partido gobernante en Estados Unidos frente al 16% que respalda a los republicanos, pese a su desencanto con Barack Obama por la falta de una reforma migratoria, según sondeos publicados en plena jornada electoral. De acuerdo con una encuesta elaborada en vísperas de los comicios legislativos de ayer sobre una muestra de cerca de cinco mil votantes de origen latino, para una amplia mayoría (67 %) el tema migratorio ha sido fundamental en su decisión. A pesar de los datos que vaticinan los sondeos, la gran incógnita en la jornada electoral sigue siendo en qué medida van a participar los votantes latinos en un duelo que definirá quién controlará el Senado federal y el color de importantes gobernaciones como Florida o Colorado.
La oficina del Departamento de Estado en el estado de Georgia ha informado que su página web está sufriendo problemas intermitentes. La página, que mostraba información sobre la jornada electoral, mostró un mensaje de error durante gran parte de la mañana.
Obama ha dejado de ser un rutilante activo electoral para los demócratas y muchos candidatos locales han eludido vincular su figura a la del presidente, que hizo su último acto de presencia en la campaña el pasado domingo en Filadelfia. Ni el lunes ni el martes, el presidente ha asistido a actos de partido y ha preferido mantener reuniones con la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y sus asesores para hacer frente a la crisis del ébola.
Los demócratas intentan en estos comicios no perder la iniciativa política. En los estados de Alaska, Arkansas, Luisiana y Carolina del Norte, senadores demócratas aspiran a la reelección.
El gasto acumula por candidatos y partidos políticos para las elecciones legislativas que se celebran hoy en Estados Unidos asciende a tres mil 670 millones de dólares, por encima de los tres mil 630 millones de 2010, según un estudio de la organización independiente Center for Responsive Politics. Esa entidad sin ánimo de lucro que recopila datos económicos oficiales ya había pronosticado en octubre que el coste de estos comicios estaría cerca de los cuatro mil millones de dólares.
Los estadounidenses renuevan este martes la totalidad de los 435 miembros de la Cámara de Representantes, un tercio de los 100 escaños del Senado y eligen a los gobernadores de 36 estados.