Según el último reporte del ejército, el ataque -el más mortífero jamás ejecutado por los talibanes en el país- también causó heridas a cerca de un centenar de chicos, por lo que la cifra de muertos aún pudiera aumentar.
Siete miembros del Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) salvaron los muros de la institución, radicada en la noroccidental ciudad de Peshawar, y ametrallaron indiscriminadamente a los alumnos, todos menores de edad y en su inmensa mayoría hijos de miembros del ejército.
El ataque ha sido repudiado por todos los partidos políticos y organizaciones sociales. Mensajes también de condena y de solidaridad con los familiares de las víctimas han llegado desde diversas naciones.
Según los escuetos reportes militares, uno de los atacantes se inmoló en el patio de la academia y los otros seis fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.
En un comunicado a medios de prensa, el TTP se atribuyó el asalto y lo señaló como una venganza contra las operaciones del ejército en las regiones tribales de Khyber Pakhtunkhwa y Waziristán del Norte fronterizas con Afganistán, históricos bastiones de los rebeldes.