Desde China hasta casi todos los mandatarios de América Latina, las reacciones al discurso del presidente estadounidense, Barack Obama, y al del su par cubano, Raúl Castro, que se dirigió a la misma hora a los cubanos por televisión, fueron eufóricas.
En un discurso que dejó atrás uno de los últimos lastres de la Guerra Fría, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció el inicio "de discusiones con Cuba para restablecer relaciones diplomáticas interrumpidas desde enero de 1961".
Eso implica que "Estados Unidos va a restablecer una embajada en La Habana y altos funcionarios visitarán Cuba", anunció el miércoles.
Simultáneamente, el presidente cubano Raúl Castro afirmaba haber "acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas" con Washington.
"El aislamiento sometido a la isla no ha funcionado; es hora de cambiar de política", dijo Obama en su alocución, en la que se comprometió a suavizar el embargo comercial que impuso Estados Unidos a Cuba.
China señaló este jueves que "celebra y apoya la normalización de las relaciones bilaterales" y exhortó a Estados Unidos a levantar el embargo contra Cuba.
Pero ambos países deben resolver varios asuntos internos antes de celebrar el levantamiento del embargo que pesa sobre la isla.