“Es una batalla complicada y los bancos tienen que estar muy conscientes de lo que están haciendo y cada vez robustecer más sus sistemas de control”, declaró a Notimex Fernando Capablanca, director de la firma Whitecap Consulting Group.
Aunque cada vez hay más controles, las organizaciones criminales todos los días inventan nuevos modos de operar, por lo que los expertos consideran que el gran reto de los órganos reguladores de los sistemas bancarios es contrarrestar las actividades ilícitas.
“Esto es como un globo que lo aprietas por un lado y el agua se corre por el otro”, dijo Capablanca durante el décimoquinto Congreso Anual de Antilavado de Dinero, organizado por la Asociación de Banqueros Internacionales de la Florida (FIBA).
A la cita asisten mil 450 banqueros y miembros del sector público de toda América Latina, Estados Unidos, China y España.
“A nivel mundial se lavan billones de dólares anuales y es un problema que es difícil controlar, que requiere de transparencia, ya que sin ello va a ser muy difícil controlarlo”, apuntó David Schwartz, presidente y director ejecutivo de la FIBA.
Según datos de la Oficina de Naciones Unidades contra las Drogas y el Crimen, al año se lavan activos en el mundo por dos billones de dólares.
Esa cantidad representa el 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), estimado en 800 billones de dólares, y aunque el margen entre esas cifras es enorme, subraya la gravedad del problema que los gobiernos deben enfrentar.
En América Latina el problema “es grave", de acuerdo con Sergio Álvarez Mena, gerente jurídico de Credit Swiss y vicepresidente de FIBA.
“Lamentablemente en la región el problema es grave por varias razones, una de ellas es que las economías informales no utilizan el sistema financiero y eso se presta para mucho abuso”, señaló.
El ejecutivo mencionó el caso de Venezuela, uno de los países ligados a Irán, incluido en la lista de naciones que financian el terrorismo.
“Reportes indican que instituciones financieras venezolanas están facilitando acciones a países en que hay menos orden público y menos seguridad y por supuesto hay mucho lavado de dinero”, sostuvo.
En el encuentro se analizan también los “beneficios y oportunidades” tras la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, anunciada el año pasado por el presidente Barack Obama y que facilita los viajes y las relaciones comerciales entre ambos países.
David Schwartz, presidente de la FIBA, aseveró que pese a que “hay gran entusiasmo”, todavía no hay una eliminación del embargo comercial que es el principal obstáculo y “no hemos visto una gran apertura”.
Aunque hay 12 categorías de cambios anunciados por el Departamento del Tesoro y Comercio, que impactan los viajes, los servicios financieros, las telecomunicaciones y las exportaciones al sector privado cubano, “todavía existe el embargo y Cuba figura en la lista de terrorismo”, subrayó.
Michele Fernández, vicepresidenta de Cumplimiento de Procesos para el Banco de Crédito de Chile en Miami, apuntó que ve esos cambios “con mucha cautela” y agregó: “no creo que va a ser algo fácil, hay mucha resistencia –en Cuba-”.
Durante el cónclave, programado del 4 al 6 de marzo, se abordarán temas como la responsabilidad personal de los oficiales antilavado de dinero, el nexo entre el fraude cibernético y el lavado de dinero y la transparencia fiscal, entre otros.
La lista de oradores incluye a funcionarios de los principales organismos reguladores como la Red contra los Delitos Financieros (FinCEN), el Sistema de la Reserva Federal, el Servicio Secreto y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Además de expertos y ejecutivos de firmas como Citi Group, JP Morgan Chase, Wells Fargo y National City Bank, entre otras.