El patriarca de Antioquía y obispo de Beirut, Ignatius Joseph III Younan, lamentó que Europa haya creído la “grandísima mentira” de la “primavera árabe” y apoyado con armas a milicias opositoras de su país, que después se convirtieron en el EI.
“Desde hace cuatro años nos están diciendo que es una revolución popular, primero dijeron que era pacifista y ahora que es violenta porque el gobierno no cedía. No podía ceder porque no existían los elementos de una verdadera alternativa democrática”, lamentó.
“El Estado Islámico ha crecido en Irak y Siria porque los milicianos tienen un odio confesional. Todos son sunitas y creen en la yihad, la ‘guerra santa’ musulmana. Son también mercenarios que vienen desde el lejano oriente, o que tienen lavado el cerebro por la causa de Dios”, añadió.
Precisó que, en realidad, los terroristas “son como niños” y cuentan con el apoyo de algunos países del Golfo Pérsico, mientras los gobiernos occidentales miran para otro lado.
Denunció que existe una “grandísima hipocresía y deshonestidad” en las potencias del Occidente, que han sacrificado a los cristianos y a otras minorías, como los yazidis, a cambio “de sus intereses y su oportunismo”.
Asimismo, calificó de contradictorio pensar que Estados Unidos y otras potencias van a querer acabar con el Estado Islámico cuando –dijo- se ve que no tienen interés verdadero por frenar a los terroristas.
“El año pasado, en el mes de junio, (las milicias del EI) se movilizaron para conquistar Mosul (en Irak) desde el este de Siria, desde la localidad de Raqqa. Unos 300 kilómetros separan a estos lugares y ellos se movieron sin ningún problema. ¿No vieron este grupo de vehículos militares?”, cuestionó.
“Existe un acuerdo entre estos países occidentales con Israel para crear este caos. Por lo tanto podemos decir fácilmente: Es una ‘primavera israelí’, no una primavera para estos países que querían cambiar sus regímenes”, apuntó.
Explicó que el problema de fondo en la zona es la inexistencia de una separación entre el Estado y la religión en el islam, de modo que “los musulmanes creen que ellos deben gobernar y dominar”.
“Ellos dicen que la gran nación musulmana está formada sólo por sunitas, tienen este sentimiento de unidad en la nación islámica, tienen el dinero y pueden crear grupos terroristas. Estos tres elementos, nosotros y otras minorías no los tenemos”, abundó.
Insistió que si siguen prevaleciendo los mismos intereses, los cristianos continuarán siendo víctimas, pero si los políticos de los países europeos quieren ser honestos, deben unirse para luchar por la verdadera democracia y la verdadera libertad.
Según el patriarca, los árabes por sí solos no podrán salir del problema y la única alternativa de solución es una iniciativa sincera, común y compartida que involucre a Rusia y China, “por el bien de los pueblos” de Medio Oriente.