Según el reporte de las autoridades, miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) atentaron con una torre de energía en el departamento de La Guajira, en la costa caribeña colombiana.
El segundo atentado fue contra un tramo del oleoducto entre Santa Ana-Orito, en el sureño departamento de Putumayo, en donde los guerrilleros ocasionaron un derrame de crudo, en un hecho que fue calificado como el desastre ambiental más grave en Colombia.
Las guerrillas de las FARC buscan con estos actos presionar al gobierno del presidente Juan Manuel Santos a un cese bilateral en la mesa de negociaciones en La Habana, Cuba.
Santos ya notificó a las FARC que no aceptará un cese bilateral hasta que se haya firmado un acuerdo que ponga fin a la confrontación armada.
El gobierno y las FARC negocian en Cuba, desde noviembre de 2012, una salida política negociada a cinco décadas de violencia que ha dejado más de siete millones de víctimas.