Elaborado por la Fundación Annie E. Casey, el estudio destacó que el 22 por ciento de todos los niños estadunidenses vive en condiciones de pobreza, y que los más afectados son los menores afroamericanos, de los que 39 por ciento habita en hogares de escasos recursos.
Titulado “KidsCount Data Book 2015”, el documento asentó que sólo el 14 por ciento de los menores de edad identificados como “blancos no hispanos” vive condiciones de pobreza.
El texto resaltó que desde 2008 el número de niños viviendo en pobreza se ha incrementado en casi tres millones, de 13.2 millones a 16.1 millones en 2013, que es cuando se cuenta con los datos más recientes.
Patrick McCarthy, presidente de la Fundación Casey, explicó que “aunque hayan pasado varios años desde el final de la recesión, millones de familias aún no se han beneficiado de la recuperación económica”.
“Aunque hemos visto un aumento del empleo en los últimos años, muchos de estos puestos son de bajos ingresos y no pueden soportar los gastos básicos de una familia. Demasiadas familias todavía están luchando para satisfacer las necesidades del día a día de sus hijos”, dijo McCarthy.
En 2008, antes de la recesión económica, sólo el 18 por ciento de los niños en Estados Unidos vivía en condiciones de pobreza, lo que evidencia la desigual recuperación de la economía, “que ha dejado atrás a las familias de menores ingresos, en especial a aquellas de color”, según el documento.
El informe concluyó que pese a que la tasa de desempleo ha disminuido en marzo de 2015 a niveles anteriores a la recesión, “existen preocupantes indicadores económicos para las familias de la mitad inferior de la escala de ingresos, en particular afroamericanas y latinas”.
Aclaró que aunque se han generado empleos de todos los niveles de salarios en los últimos siete años en Estados Unidos, estos puestos de trabajo han sido más abundantes en los sectores con menores remuneraciones, como el comercio minorista y los servicios de alimentos.
Asimismo, los blancos y los estadunidenses de origen asiático tienen mayor probabilidad de emplearse, y la tasa de desempleo para esos dos grupos es de 4.5 por ciento; en tanto que para los afroamericanos es de 11 por ciento, y para los latinos de 6.7 por ciento.
El informe subrayó que un porcentaje mucho mayor al 22 por ciento de niños que son oficialmente pobres, de acuerdo con los criterios de ingresos del gobierno familiar, sufre por una situación económica extremadamente complicada.
El gobierno federal establece que una familia pobre es aquella con ingresos anuales de 24 mil 500 dólares para cuatro miembros, pese a que estudios independientes han demostrado que es preciso tener al menos el doble de ese monto para cubrir las necesidades básicas familiares.
“Hoy en día, mientras la economía se recupera, vemos una brecha creciente entre los niveles de vida de muchos niños de color y el resto de los niños”, consideró Laura Speer, directora asociada para la reforma política y la abogacía de la Fundación Casey.