El Papa pidió que "en el mundo de hoy no se experimenten los horrores y los terribles sufrimientos de tragedias como esta".
Aunque subrayó que, por desgracia, las sigue "experimentando" y recordó las "minorías perseguidas, los cristianos perseguidos y la locura de las destrucción".
Y criticó a "aquellos que fabrican y que trafican con armas. Armas ensangrentadas. Manchadas con la sangre de tantos inocentes".
"¡Qué no haya más guerras!. Este es el grito de nuestros corazones, de los corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad", agregó.