En el debate, que se dividió en dos debido al elevado número de precandidatos, participaron el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham; el exsenador por Pensilvania, Rick Santorum; el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, y el exgobernador de Nueva York, George Pataki.
Los cuatro políticos republicanos mostraron discrepancias en el asunto migratorio, pero en general expresaron una posición de respaldar nuevas alternativas para resolver este asunto, que involucra a 11 millones de migrantes indocumentados en Estados Unidos.
El exsenador Santorum manifestó que los hispanos en Estados Unidos también son estadunidenses y por esa razón la discusión debería enfocarse más en los mejores intereses del país y en tener una mejor clase trabajadora.
No obstante, reconoció que es necesario buscar una solución a este problema, ya que el país alberga en la actualidad a unos 35 millones de inmigrantes hispanos.
El gobernador de Luisiana aseguró por su parte que en caso de llegar a ser el nominado presidencial, en seis meses resolvería el problema de la migración.
Graham, senador por Carolina del Sur, señaló que es urgente tener un nuevo sistema de migración porque es imposible deportar a 11 millones de indocumentados.
“Pero para ello, los 11 millones (de indocumentados) deberán hacer fila como el resto de los solicitantes y de una vez atender este asunto que es más un problema de economía”, sentenció.
El exgobernador de Nueva York, George Pataki, se pronunció por negar la ciudadanía a los nacidos en este país de padres indocumentados, además de hacer responsables a las ciudades santuarios.
Es necesario enviar el mensaje de que somos una nación en el marco de la ley, enfatizó el político de 70 años.