Guangxi, unos sucesos en los que la policía local descarta el ataque terrorista.
Las explosiones se iniciaron en Liucheng, una cabecera de comarca de la región, y en otras zonas de los alrededores como la ciudad de Liuzhou, y afectaron a la sede del gobierno local, un hospital, una estación de autobuses, varias zonas comerciales y una prisión, según la televisión estatal CCTV.
Pese al alto número de explosiones en lugares estratégicos y a la sensible fecha -mañana China celebra su Día Nacional, el aniversario de la fundación del régimen comunista-, la policía local ha insistido en que descarta que grupos armados estén detrás de los ataques y apunta por ahora a un único sospechoso.
Este presunto autor, un vecino de Liucheng apellidado Wei y de 33 años, ya ha sido detenido, señaló la agencia oficial Xinhua.
Equipos de bomberos, policías, trabajadores sanitarios y otros efectivos están desplazados en las zonas afectadas para labores de rescate y atender a los heridos.
Imágenes enviadas por testigos a través de la red social Weibo (equivalente chino a Twitter) muestran los estragos causados por los explosivos, que derruyeron buena parte de un edificio de cinco plantas y afectaron a la fachada de una sede del gobierno comarcal, donde muchos cristales de las ventanas se rompieron.
También se ve a varias personas en el suelo, atendidas de urgencia, así como motocicletas y otros vehículos dañados por potentes explosiones, que llenaron de cascotes y escombros las zonas aledañas.
Investigaciones preliminares apuntan a que las deflagraciones podrían provenir de paquetes mandados por correo que contenían explosivos, por lo que la policía local ha pedido a los vecinos que no abran ningún envío sospechoso.
El suceso se produce en víspera del Día Nacional, una conmemoración del régimen comunista con fuertes connotaciones políticas en la que buena parte de la ciudadanía china disfruta de una semana de vacaciones, por lo que se incrementan las medidas de seguridad en muchas ciudades y zonas turísticas.