El Observatorio destacó que al menos 1.201 civiles perdieron la vida en septiembre, entre ellos 257 menores y 141 mujeres.
La mayoría de esas víctimas perecieron por los bombardeos del régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, que causaron 489 muertos, aunque también hubo 41 asesinados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y dieciocho fallecidos por los ataques aéreos de la coalición internacional liderada por EEUU, entre otras causas.
En el bando de los opositores al régimen sirio, al menos 1.731 combatientes perdieron la vida, de los que 557 eran sirios de diversas facciones islamistas y kurdas; y cuatro eran soldados gubernamentales desertores.
El resto, 1.170 milicianos, eran extranjeros pertenecientes al Frente al Nusra -filial siria de Al Qaeda- y al EI, así como al radical Ejército de los Emigrantes y Seguidores.
Por su parte, las filas del régimen sufrieron un total de 1.273 bajas: 606 eran efectivos de las fuerzas regulares, 615 milicianos progubernamentales sirios, 30 miembros de la organización chií libanesa Hizbulá y 22 combatientes chiíes de otras nacionalidades.
A todas estas víctimas mortales, se suman catorce personas de nacionalidad desconocida.
Siria es desde hace más de cuatro años escenario de un conflicto que ha causado más de 240.000 fallecidos, según el Observatorio.
Ayer, la aviación de Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, bombardeó por primera vez el territorio sirio, en una acción que podría afectar al curso de la guerra.