Con esas palabras, por primera vez Francisco se pronunció públicamente sobre el “vatileaks 2”, el escándalo desatado por la difusión de los textos y por el cual se encuentra preso dentro de la Santa Sede un clérigo de origen español.
Después de bendecir a una multitud congregada en la Plaza de San Pedro con motivo del rezo del Angelus, el líder católico reconoció que “muchos” se “han visto turbados” por las noticias de los últimos días respecto a los papeles reservados de la Santa Sede “sustraídos y publicados”.
“Por eso querría decirles primero de todo que robar estos documentos es un delito. Es un acto deplorable que no ayuda”, señaló, hablando en italiano.
“Yo mismo había pedido hacer este estudio, y estos documentos ya los conocíamos bien mis colaboradores y yo y se tomaron algunas medidas que han comenzado a dar sus frutos, también algunos de ellos visibles”, agregó.
Asimismo precisó que este “triste hecho” no le desviará de su trabajo de reforma que está llevando junto con sus colaboradores y con la ayuda de todos.
“Sí, con la ayuda de toda la Iglesia, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de cada bautizado. Por eso les agradezco y les pido continuar orando por el Papa y por la Iglesia, sin dejarnos turbar pero yendo adelante con confianza y esperanza”, ponderó.
Los documentos robados fueron difundidos en dos libros: “Via Crucis” de Gianluigi Nuzzi y “Avaricia” de Emiliano Fittipaldi, los cuales salieron a la venta en Italia la semana pasada.
El lunes 2 de noviembre la Santa Sede anunció que dos personas son indagadas por un episodio de sustracción y publicación de documentos confidenciales, delito que es penado con hasta ocho años de prisión según la ley civil vaticana.
Se trata de Lucio Angel Vallejo Balda y Francesca Immacolata Chaouqui; el primero se encuentra aún detenido en una celda del cuartel general de la Gendarmería Vaticana.
Este domingo, antes de rezar el Angelus, el Papa advirtió sobre el peligro de poner en primer lugar “la propia vanagloria, el propio provecho” antes que Dios y recordó que Jesús deploró la soberbia, la avidez y la hipocresía de los fariseos.
Precisó que bajo las “apariencias solemnes” de los “doctores de la ley” se ocultan “la falsedad y la injusticia”, al afirmar que también en la actualidad existe el riesgo de asumir esas conductas cuando, por ejemplo, se rinde culto a Dios pero se daña a los pobres.
“Jesús, hoy, nos dice también a nosotros que el metro de juicio no es la cantidad, sino la plenitud. Hay una enfermedad que hace que el corazón se baje hasta la billetera”, estableció.