Cristina Parker, de la organización Grassroots Leadership, que defiende la liberación de inmigrantes detenidos, explicó hoy a Efe que las mujeres, en su mayoría procedentes de México y Centroamérica, están detenidas a la espera de que se resuelvan sus peticiones de asilo y, en caso de ser rechazadas, corren el riesgo de ser deportadas.
Tras casi dos semanas en huelga de hambre, las detenidas decidieron este fin de semana modificar la protesta, que a partir de ahora será "por turnos", según definió Parker, que tiene contacto directo con las mujeres.
En Hutton, un centro de detención cercano a la ciudad de Austin, las detenidas están divididas en tres pabellones de entre 40 y 50 mujeres, una separación que marcará los turnos de la huelga.
"Con eso quieren evitar represalias", dijo Parker, quien explicó que seis de las mujeres que iniciaron la protesta el 28 de octubre han sido trasladadas a otros centros de Texas, cuatro a Laredo y dos a Pearsall, cerca de San Antonio.
Además de la liberación, las mujeres también protestan por una mejora de sus condiciones de vida mientras sigan detenidas, en especial la atención médica.
La huelga de hambre en Hutto va de la mano de otras tres en distintos centros de detención de Estados Unidos: en El Paso (Texas), LaSalle (Luisiana) y Adelanto (California).
Los cuatro centros dependen del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, en inglés).
"Las protestas están conectadas, inspiradas entre ellas, pero no hay comunicación, no están coordinadas. Eso hace pensar que están creciendo", afirmó Parker.
Texas United Families, una organización que aboga por los derechos de los inmigrantes, empezó una campaña para pedir al ICE que libere a las mujeres que han sido trasladadas a otros centros y a otra que los agentes encerraron en aislamiento durante la protesta.
"En lugar de castigar a estas mujeres que están pidiendo asilo en los Estados Unidos y que llevan encerradas más de seis meses, lo que debería hacer el ICE es liberarlas y permitir que sigan con su proceso desde sus casas, con sus familias", dijo Rocío Villalobos, de Texas United Families.
Estos procesos de solicitud de asilo pueden prolongarse durante meses e incluso años, un periodo en el que muchas mujeres desarrollan estrés postraumático, ansiedad o depresión.
Además también pueden representar problemas de seguridad, pues una investigación reciente del diario británico The Guardian indicó que 83 personas deportadas desde Estados Unidos han sido asesinadas en Honduras, El Salvador y Guatemala desde enero de 2014.