respaldan una importante ofensiva gubernamental en la región.
En uno de los ataques aéreos en la provincia de Idlib fue destruida una clínica improvisada que funciona con apoyo del grupo humanitario internacional Médicos Sin Fronteras, mientras que en la vecina provincia de Alepo, un misil dio contra un hospital infantil en la localidad de Azaz, donde dejó al menos cinco muertos y decenas de heridos.
El tercer ataque aéreo fue contra una escuela en una aldea cercana. Siete personas murieron y varias resultaron heridas en esa acción.
El portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, afirmó que hubo niños entre las víctimas de los ataques ocurridos en Alepo e Idlib. El secretario general Ban Ki-moon describió los ataques como “flagrantes violaciones al derecho internacional” que “deterioran aún más el de por sí devastado sistema de salud e impiden el acceso a la educación en Siria”, afirmó el portavoz.
Ban informó que los ataques “ciernen una sombra sobre los compromisos” asumidos por naciones importantes durante la conferencia del 11 de febrero en Munich y que incluyen las cesación de hostilidades en una semana y el fin de los ataques contra civiles, según Haq.
El jefe de la ONU dijo que los compromisos deben traducirse en acción “para justificar la credibilidad y la confianza en el Grupo Internacional de Apoyo a Siria y en la comunidad internacional”, agregó.
Médicos Sin Fronteras dijo en un comunicado que el hospital en la localidad de Maaret al-Numan fue alcanzado en cuatro ocasiones durante al menos dos ataques efectuados con minutos de diferencia. La organización informó que al menos siete personas perdieron la vida y al menos ocho están “desaparecidas, presumiblemente muertas”.
“Esto parece un ataque deliberado contra una estructura de salud. Lo condenamos en los términos más enérgicos posibles”, informó Massimiliano Rebaudengo, jefe de la misión de MSF. “La destrucción del hospital deja a la población local de unas 40 mil personas sin acceso a servicios médicos en una zona activa del conflicto”.
De acuerdo con el grupo humanitario, el hospital tenía 30 camas, dos quirófanos, un departamento para pacientes externos y una sala de emergencia. Tenía un personal de 54 personas.
MSF apoyaba desde septiembre el funcionamiento del hospital, al que le cubría todas las necesidades, como proveerle suministros médicos y recursos, agregó.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que aviones rusos de combate habían atacado el hospital improvisado, destruyendo el centro médico y matando a nueve personas.
El grupo opositor, que da seguimiento a las acciones de ambos bandos del conflicto desde el terreno de operaciones, dijo que también hubo decenas de heridos en el ataque.
Las tropas sirias, con apoyo aéreo ruso, lanzaron en las últimas semanas una ofensiva en el norte del país. La ofensiva se ha centrado en la provincia norteña de Alepo, donde los efectivos intentan interrumpir las líneas de abastecimiento que vienen desde Turquía y sitiar las zonas bajo control rebelde en la ciudad de Alepo, otrora la más grande en Siria.
El lunes, la televisión estatal siria informó que hombres armados progubernamentales ingresaron en las partes occidentales del poblado de Tel Rifaat, en el norte, donde libraban “intensos combates” con los insurgentes. Tel Rifaat es un baluarte importante de la insurgencia que lucha para derrocar al presidente Bashar Assad.
Rusia ha sido un aliado clave de Assad durante la rebelión y guerra civil que se han durado cinco años, y el 30 de septiembre comenzó a lanzar ataques aéreos en apoyo a las fuerzas del gobernante.