De Bonafini explicó que, si los médicos la autorizan, viajará a fines de mayo al Vaticano para ser recibida por el pontífice en una audiencia privada.
“Hace mucho tiempo que tenemos una fluida conversación, yo le he escrito y él me ha contestado”, reveló la dirigente de una de las organizaciones de derechos humanos más reconocida a nivel internacional.
La presidenta de Madres de Plaza de Mayo reconoció que en el pasado mantuvo muchas discusiones públicas con el Papa, en particular cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Aunque contó que reanudó la relación con Francisco, De Bonafini aclaró que no daría detalles de esas charlas porque son privadas, y mantendrá la misma discreción con el diálogo que mantendrán en el Vaticano
“Voy a viajar preocupada por la responsabilidad, es algo que teníamos pendiente, siempre nos pidió que fuéramos, a mí me dolía que la gente sólo fuera a sacarse fotos”, dijo.
Antes de que Jorge Mario Bergoglio fuera designado como Papa, De Bonafini lo acusó de haber formado parte de la cúpula de la Iglesia Católica que apoyó la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.
Como parte del debate sobre el acercamiento entre ambos, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, publicó una carta en la que consideró que “hay mucha gente que se sintió ofendida o indignada porque el Papa Francisco va a recibir a Hebe de Bonafini”.
Explicó que entiende a los ofendidos porque, aunque no conoce personalmente a la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, “es difícil encontrar otro argentino que haya sido tan agresiva y ofensiva contra todo aquel que pensara distinto que ella”.
También agregó que “muchos sienten que son demasiados gestos para un lado y pocos para el otro”, es decir, que el Papa se muestra conciliador y De Bonafini no.
“Pero creo que ahí está el problema. La división y la confrontación nos ha enfermado. Creo que más allá de las cosas que nos gusten o no, entendamos que la tarea del Papa es espiritual y evangélica, no política partidaria”, sostuvo Peña.
El diálogo, añadió, “y porque no la misericordia, no implica acuerdo o validación de todo lo que ha hecho el otro. Dialogar con el que piensa igual es fácil, no tiene mucho mérito. Lo valioso se produce cuando el diálogo tiene un puente con el diferente”.
Pie de foto: Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco.