“El acceso al mercado único exige la aceptación de todas las cuatro libertades, incluyendo la libertad de movimiento”, afirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
“No habrá mercado único a la carta”, aseveró al cabo de la primera cumbre sin la presencia de un representante británico desde el ingreso del país en la mancomunidad, hace más de 40 años.
El mercado único europeo se basa en la libre circulación de bienes, capitales, servicios y personas.
Al lado de Tusk, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, añadió: “No habrá excepción, ni matices” a ese principio.
Ayer, en su última reunión con los líderes de los demás países de la UE, el primer ministro británico, David Cameron, pidió un divorcio “constructivo”, que culmine con una relación “cercana” entre los ex socios.
Por otra parte, los líderes europeos reconocieron que “hay mucha gente en Europa que está insatisfecha con el estado actual de las cosas”.
La migración clandestina ha sido apuntada como “la principal causa de la crisis de confianza” que atraviesa la mancomunidad y que llevó a la mayoría de los británicos a optar por dejar la UE, admitió Tusk.
“En mi opinión, solo hay una manera (de responder al problema): tenemos que trabajar con nuestros vecinos y con nuestras instituciones y agencias para detener el flujo de migración irregular y para restablecer el control de nuestras fronteras externas”, abogó.
“De hecho, este es nuestro plan para hoy y para mañana”, afirmó.
Los gobernantes de los 27 países que permanecen en la UE volverán a reunirse en ausencia de Reino Unido el 16 de septiembre próximo, en Bratislava (Eslovaquia), para analizar el futuro del proyecto europeo.
Juncker ya descartó cualquier modificación de los tratados europeos o una “profundización forzada” de la integración europea.
Eso sí, los líderes europeos afirmaron que están “absolutamente determinados a permanecer unidos”, según palabras de Tusk.
Respecto a las maniobras de Escocia para permanecer en la UE tras la salida británica, Juncker dijo que las autoridades europeas “no tienen intención de interferir en un tema británico”.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, viajó ayer a Bruselas para sondear las posibilidades junto a Juncker y al presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz.