“Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia”, declaró el papa Francisco, quien pronunció en latín la frase de canonización ritual.
Al mismo tiempo destacó: “Que nos ayude a entender que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de cualquier ideología (…) y ofrecido a todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”, pidió el papa durante su homilía.
Tras la ceremonia, el papa Francisco invitará a almorzar a 1.500 personas desheredadas, de las que se ocupan las hermanas Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la madre Teresa.
Por su parte, monjas de la orden Misioneras de la Caridad estallaron en júbilo y ovacionaron con gritos, cantos y aplausos a la madre Teresa de Calcuta, quien luego de la canonización será conocida como la Santa de la Misericordia.
La madre Teresa se convirtió en ícono mundial de la misericordia por su labor a favor de los más pobres. Falleció el 5 de septiembre de 1997 en la unidad de cuidados intensivos del asilo de Woodlands, en Calcuta, y sepultada cinco días después en la capilla de la sede de su congregación, con la asistencia de miles de personas, entre ellas líderes de todo el mundo.
El 19 de octubre de 2003, seis años después de su muerte, el entonces Papa Juan Pablo II proclamó beata a Teresa de Calcuta, en el proceso de beatificación más rápido en la historia de la Iglesia católica moderna.
En diciembre pasado, el papa Francisco firmó el decreto, por el que se reconoce el milagro por el que la religiosa, nacida en 1910 en Skopje, República de Macedonia, fue proclamada ahora Santa de la Misericordia