El hotel y casino, abierto en 1990 con un costo inicial de mil millones de dólares, pasó desde entonces por dos quiebras y reorganizaciones, pero llegó al fin al no lograr resolver una larga disputa con sus propios empleados por salarios atrasados.
El Trump Taj Mahal había sido asumido por un especulador de Wall Street, Carl Icahn, en 2014, pero continuaba usando el nombre del ahora candidato presidencial por el Partido Republicano.
Oficialmente, la tumultuosa historia del casino expiró un minuto antes de las 6 de la mañana local, cuando las puertas del establecimiento fueron trancadas.
"Es un día triste para Atlantic City. A pesar de nuestros esfuerzos, hemos perdido casi 350 millones de dólares en apenas unos años, y no hemos sido capaces de salvar el Taj Mahal", manifestó Icahn en un comunicado.
De acuerdo con el especulador, el sindicato que representa un tercio de los casi 3 mil empleados rechazó una oferta para resolver una deuda por contribuciones sociales que no habían sido abonadas.
Este hotel y casino era uno de tres establecimientos que Trump abrió con bombos y platillos a fines de la década de 1980 e inicios de 1990, y fueron solventados con gigantescos préstamos.
Poco menos de un año de la inauguración del Taj Mahal como la "octava maravilla del mundo" (en una fiesta que contó con la participación de Michael Jackson), Trump presentó un primer pedido de protección contra quiebras.
Meses más tarde, los otros dos casinos, el Trump Plaza y el Trump Castle siguieron el mismo camino.
Trump se mantuvo activamente involucrado en la administración de los hoteles pero la situación se tornó insostenible a inicios de los 2000.
El Trump Plaza cerró sus puertas en septiembre de 2014 y el Trump Castle (rebautizado como Trump Marina) fue finalmente asumido por otra empresa y cambió de nombre a Golden Nugget.