De acuerdo con las estadísticas divulgadas por el Ministerio de Salud, de los 827 mil portadores del sida en el mayor país de América Latina, 455 mil reciben tratamiento contra la enfermedad y el restante (372.000) o no saben que están infectados porque no han presentado los síntomas (112 mil ) o lo saben pero se resisten al tratamiento (260 mil).
"Los jóvenes muchas veces se niegan a aceptar su situación. Para ellos es más complicado aceptarlo que para una persona de más de 50 años", explicó la directora del Departamento de Sida del Ministerio de Salud, Adele Benzaken.
Las cifras del nuevo boletín epidemiológico del sida en Brasil, actualizadas hasta 2015, indican que la tasa promedio de detección de la enfermedad se estabilizó en los últimos años en cerca de 19,1 casos por cada 100 mil habitantes.
Ello significa que Brasil registra cerca de 41.100 casos nuevos cada año.
Pese a que el país ha conseguido estabilizar el contagio con sus políticas modelo para distribuir condones gratuitos y ofrecer tratamiento gratuito contra la enfermedad, la tasa creció entre la población masculina más joven en los últimos diez años.
Entre los hombres con entre 20 y 24 años, la tasa de detección del virus saltó desde 16,2 casos por 100.000 habitantes en 2005 hasta 33,1 casos en 2015.
En la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o el nacimiento, en cambio, la tasa cayó hasta 2,5 casos por cada 100.000 niños de hasta 5 años en 2015, frente a 3,9 casos en 2010.
Como entre las mujeres entre 25 y 29 años la tasa se redujo de 32 casos por 100.000 habitantes en 2005 hasta 16 casos por 100.000 habitantes en 2015, la epidemia terminó concentrándose entre las poblaciones más vulnerables y entre los jóvenes.
Mientras que en 2006 llegó a registrarse un caso de contagio en una mujer por cada 1,2 entre los hombres, esa relación pasó a una mujer por cada tres hombres en 2015.
Brasil también consiguió reducir en un 42,3 % la tasa de mortalidad por sida en los últimos 20 años, desde 9,7 óbitos por cada 100.000 habitantes en 1995 hasta 5,6 muertes por 100.000 habitantes en 2015.
La tasa de tratamiento pasó desde el 55 % de los portadores en 2012 hasta el 64 % en 2015, cuando 455.000 portadores recibieron el cóctel de medicinas usado para combatir la enfermedad.
El índice de diagnosticados, por su parte, subió desde el 80 % en 2012 hasta el 87 % en 2015 gracias a las políticas para incentivar la realización de exámenes, de los que se hicieron 8,5 millones el año pasado en Brasil.