"Una de las minas, que por suerte no estalló, cayó en el patio interior del complejo administrativo de la legación diplomática. La segunda, en las inmediaciones de su territorio", informó en su web el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
La Cancillería constató "una amenaza real a la embajada de Rusia y a sus funcionarios por parte de los grupos terroristas atrincherados en los suburbios de Damasco".
"Los repetidos ataques contra la legación diplomática rusa en Damasco deben ser condenados por todos los que se oponen realmente a las amenazas del terrorismo", subrayó Exteriores en alusión a los países que respaldan a la oposición armada que se enfrenta al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.
El ataque contra la embajada, agrega la nota, "confirma la intención de los extremistas que se oponen a un arreglo pacífico en Siria de sembrar el terror y la violencia, y mantener una atmósfera de miedo entre los habitantes de la capital siria con sus cobardes ataques desde sus refugios secretos".
La semana pasada, un policía turco mató a tiros al embajador ruso en Turquía, Andréi Kárlov, aparentemente en protesta contra la intervención militar rusa enb Siria en apoyo del régimen de Al Asad.
El diplomático fue atacado a tiros cuando inauguraba una exposición fotográfica y, tras herirlo de muerte, su agresor, que fue abatido posteriormente por la policía turca, exclamó que lo hacía en venganza por la situación en la ciudad siria de Alepo.